En 2021, el sector industrial fue el tercer mayor consumidor de energía final en la Unión Europea, después del transporte y los hogares, y representó el 25,6% del consumo de energía final de la UE. Según los datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) de la Comisión Europea, la industria depende en gran medida de los combustibles fósiles para satisfacer sus necesidades energéticas.
En concreto, el gas natural, el petróleo y sus derivados, los combustibles fósiles sólidos y los residuos no renovables representaron el 50,9% del consumo de energía final en la industria en 2021. En cifras absolutas, más de un tercio de la electricidad y más de la mitad del calor producido en la UE ese mismo año provino de combustibles fósiles.
Los datos de Eurostat muestran que, en 2021, la electricidad (33,2%) y el gas natural (32,7%) representaron dos tercios del consumo de energía final en la industria de la UE. Por su parte, el petróleo y los derivados del petróleo representaron el 9,8%, las energías renovables y los biocombustibles el 9,7% y los combustibles fósiles sólidos el 6,4%.
Cabe señalar que estos datos se refieren a un período anterior a la introducción de medidas coordinadas de reducción de la demanda de gas a nivel de la UE. En agosto de 2022, la Unión Europea adoptó un objetivo voluntario de reducción de la demanda de gas del 15%, que puede afectar a los datos futuros de consumo de energía final en la industria.
Análisis de los sectores de la industria
Los sectores industriales de la UE que conllevaron la mayor parte del consumo de energía final en 2021 fueron los químicos y petroquímicos, con más de una quinta parte (21,5%), minerales no metálicos (14,1%), papel, pulpa e imprenta (13,6%), alimentos, bebidas y tabaco (11,6%) y hierro y acero (10,2%).
La participación más baja en el consumo total de energía final se registró en el sector textil y del cuero, con un 1,3%.
La industria química y petroquímica, el mayor consumidor de energía final industrial en la UE, se caracterizó en 2021 por una fuerte dependencia del gas natural, tanto para la fabricación de productos químicos (35% del consumo de energía final), como para la fabricación de productos farmacéuticos básicos y preparados farmacéuticos (48%).
En la industria de los minerales no metálicos, la fabricación de vidrio y productos de vidrio también se basó en gran medida en el gas natural (74% del consumo de energía final), al igual que la fabricación de otros minerales no metálicos (excluidos el vidrio, el cemento, la cal y el yeso), con el 56% del consumo de energía final proveniente del gas natural.
En el otro extremo, para la industria del papel, la pulpa y la impresión, las energías renovables y los biocombustibles, así como la electricidad, fueron más importantes que el gas natural.