Un estudio del Laboratorio Nacional de Energía y Geología de Portugal (LNEG) analiza el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos en la producción de electricidad en la Unión Europea, el Reino Unido y Noruega, entre los años 1990 y 2019. Entre los hallazgos del estudio, se destaca que las centrales hidroeléctricas son las principales afectadas. No obstante, también se muestra que las sequías y las olas de calor perjudican no sólo a la generación hidroeléctrica, sino también a la solar fotovoltaica y a la eólica en el Mediterráneo.
Según los investigadores de LNEG, en la actualidad no existe un conocimiento científico detallado sobre el impacto de los eventos climáticos extremos (como sequías, inundaciones, olas de calor, olas de frío y tormentas) en la generación de electricidad a escala nacional.
El estudio, titulado ‘¿Cuánto han afectado los fenómenos meteorológicos extremos a la generación de energía europea en las últimas tres décadas?, aplicó métodos estadísticos basados en 320 fenómenos meteorológicos extremos de la base de datos EM-DAT (The International Disaster Database) que causaron importantes daños humanos y económicos en los países de la UE durante los últimos 30 años.
La información se combinó con datos de producción anual de electricidad de varios grupos tecnológicos (de plantas eólicas, hidroeléctricas y solares fotovoltaicas, así como centrales eléctricas de carbón y gas), en los distintos países de la UE durante ese período.
Impacto significativo en la producción de electricidad a escala anual
El estudio refleja que, en los últimos 30 años, los fenómenos meteorológicos extremos tuvieron un impacto significativo en la producción de electricidad a escala anual, lo suficientemente relevante como para reflejarse a nivel de la UE en su conjunto. Los investigadores explican que ya se conocía el impacto en algunas plantas en lugares específicos y durante períodos cortos de tiempo (por ejemplo, unas pocas semanas o meses), pero se desconocía el efecto en países o regiones a escala anual.
A nivel de la UE, el estudio expone que las centrales hidroeléctricas son las principales afectadas. En los años con inundaciones hubo un aumento promedio en su factor de carga anual del +7%. En años con tormentas, el incremento es del +5,8%. Por el contrario, en años de sequías/olas de calor se produce una reducción del -6,5%.
En cuanto a la energía solar fotovoltaica, se constató que en años con olas de frío se produce una reducción del factor de carga de las plantas solares en el conjunto de la UE del -4,5%.
Además, los impactos son diferentes en todo el territorio de la Unión Europea. Por ejemplo, sólo en los países mediterráneos la capacidad instalada de los parques eólicos se utilizaba menos durante los años de sequía/ola de calor (-3,5% en promedio).
Evolución en aumento
Finalmente, el estudio concluye que el impacto de los eventos extremos en la producción eléctrica ha ido aumentando en los últimos 30 años.
Si se analizan los años con sequías u olas de calor entre 1990 y 2019, se comprueba que hay una reducción creciente del -3% para los aerogeneradores en el Mediterráneo. Es decir, de un año de sequía/ola de calor a otro año con este evento se encuentra, en promedio, una reducción del -3% en el factor de carga.
También en el Mediterráneo, este empeoramiento se deja sentir a nivel de las centrales hidroeléctricas desde hace años con sequías (-5,5%) y las plantas solares fotovoltaicas desde hace años con olas de calor (-3,7%).