La nueva Directiva refundida de Eficiencia Energética (UE) 2023/1791 se ha publicado el 20 de septiembre en el Diario Oficial de la Unión Europea y entrará en vigor 20 días después. Su publicación supone el paso final en el proceso legislativo. Tras su entrada en vigor, los Estados miembros de la UE tendrán un plazo de dos años para transponer la mayoría de los diferentes elementos de la directiva a su legislación nacional.
La nueva Directiva de Eficiencia Energética, que fue adoptada por el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo a principios de este año, introduce una serie de medidas para ayudar a acelerar la eficiencia energética, incluida la adopción del principio de “la eficiencia energética primero” en las políticas energéticas y no energéticas.
Entre otras cuestiones, se establece un objetivo jurídicamente vinculante para reducir el consumo de energía final de la UE en un 11,7% de aquí a 2030, en relación con el escenario de referencia de 2020. Esto incluye para cada Estado miembro el requisito de fijar su contribución nacional indicativa sobre la base de criterios objetivos que reflejen las circunstancias nacionales. Si las contribuciones nacionales no alcanzan el objetivo de la UE, la Comisión Europea aplicará un ajuste.
Incremento del ahorro energético anual
Además del objetivo para reducir el consumo de energía final de la UE en un 11,7%, la nueva Directiva refundida de Eficiencia Energética (UE) 2023/1791 introduce otros cambios con respecto a las directivas anteriores 2018/2002 y 2012/27/UE. Se fija incrementar el ahorro energético anual del 0,8% (actualmente) al 1,3% (2024-2025); después al 1,5% (2026-2027) y al 1,9% a partir de 2028; lo que hace un promedio del 1,49% de los nuevos ahorros anuales para el período 2024-2030.
La nueva normativa también determina obligar a los Estados miembros a dar prioridad a los clientes vulnerables y a las viviendas sociales en el ámbito de sus medidas de ahorro energético, e introducir un objetivo de reducción anual del consumo de energía del 1,9% para el conjunto del sector público.
También se apuesta por un enfoque diferente, basado en el consumo energético, para que las empresas dispongan de un sistema de gestión energética o realicen una auditoría energética; así como por una nueva obligación de monitorear el rendimiento energético de los centros de datos, con una base de datos europea que recopile y publique datos.
Otros cambios se basan en ampliar la obligación de renovación de edificios del 3% anual a todos los niveles de la administración pública, así como en promover planes locales de calefacción y refrigeración en municipios más grandes, e incrementar progresivamente el consumo energético eficiente en suministro de calor o frío, también en calefacción urbana.
La publicación de la nueva Directiva de Eficiencia Energética en el Diario Oficial de la Unión Europea marca el paso final en el proceso legislativo, un proceso que comenzó con la propuesta de la Comisión Europea en julio de 2021, en el marco del paquete Fit for 55, que posteriormente se complementó en mayo de 2022 con una propuesta adicional dentro del plan REPowerEU.