La Cumbre Internacional sobre Clima y Energía, coorganizada por el Gobierno de España, que actualmente ocupa la presidencia de la Unión Europea, y la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), ha buscado crear una amplia coalición detrás de los esfuerzos para mantener el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. La Cumbre se centró en fortalecer el apoyo a acciones para aumentar la energía limpia y reducir la demanda de combustibles fósiles antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28).
Ministros y altos funcionarios de cerca de 40 países de todo el mundo se reunieron en este evento, celebrado el lunes en Madrid, con jefes de organizaciones internacionales y representantes de la industria, la sociedad civil y organizaciones juveniles.
En la Cumbre Internacional sobre Clima y Energía en Madrid, los responsables políticos de alto nivel se reunieron para debatir sobre cómo facilitar una transición energética justa, así como establecer y alcanzar objetivos globales para las energías renovables y la eficiencia energética. Representantes de la industria y la sociedad civil también compartieron sus perspectivas en una mesa redonda con los gobiernos.
Actualización de la hoja de ruta Net Zero de la IEA
Las conversaciones en la Cumbre se basaron en el reciente informe de la IEA ‘Net Zero Roadmap: A Global Pathway to Keep the 1,5 °C Goal in Reach – 2023 Update’ (Hoja de ruta Net Zero: un camino global para mantener el objetivo de 1,5 °C al alcance. Actualización 2023’, que afirma que para que las emisiones mundiales alcancen su punto máximo en 2025 y después caigan rápidamente hasta alcanzar las cero emisiones netas en 2050 o antes, son claves tanto un cambio radical en la ambición como nuevos niveles de cooperación global.
En concreto, para mantener el objetivo de 1,5 °C al alcance, la Cumbre Internacional sobre Clima y Energía propuso cinco objetivos para la COP28, que se celebrará del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubái. Estos objetivos se basan en apoyar la triplicación de la capacidad de energía renovable para 2030; duplicar la tasa de mejora de la intensidad energética global para 2030; garantizar la disminución ordenada del uso de combustibles fósiles; reconocer que se requiere una mayor inversión; y destacar el papel fundamental y la oportunidad para que la industria de los combustibles fósiles reduzca las emisiones de metano de sus operaciones, con el objetivo de reducirlas en un 75% para 2030.
Triplicar la capacidad de energía renovable, duplicar el ritmo de las mejoras en la eficiencia energética, intensificar la electrificación y reducir las emisiones de metano de las operaciones de combustibles fósiles proporcionan en conjunto el 80% de las reducciones de emisiones necesarias para 2030 para poner al sector energético en el camino de limitar el calentamiento a 1,5 °C, según el informe de la IEA.