El Consejo Europeo y el Parlamento Europeo han llegado esta semana a un acuerdo provisional sobre el reglamento que establece un marco de medidas para reforzar la Ley de Industria Net-Zero (Net-Zero Industry Act, NZIA). Según el acuerdo adoptado, habrá una lista única de tecnologías, con criterios para seleccionar proyectos estratégicos en aquellas tecnologías que contribuirán mejor a la descarbonización. Esta lista incluye, entre otras, todas las tecnologías renovables, las redes eléctricas, las tecnologías para la descarbonización industrial y las tecnologías de almacenamiento de energía. La ley simplificará el proceso de obtención de permisos y establecerá plazos máximos para que los proyectos sean autorizados dependiendo de su alcance y resultados.
El acuerdo provisional alcanzado, que deberá ser respaldado y adoptado formalmente por ambas instituciones, respalda los principales objetivos de la Ley de Industria Cero Neto propuesta por la Comisión Europea hace menos de un año, al tiempo que introduce varias mejoras, como reglas simplificadas sobre los procedimientos de permisos de construcción, la creación de valles industriales cero netos, y mayor claridad sobre los criterios para la contratación pública y las subastas.
Impulso a la fabricación de tecnologías limpias
La Ley de Industria Net-Zero es un paso importante en la creación del ecosistema necesario para impulsar la fabricación de tecnologías limpias. Se necesita una cantidad considerable de tecnología de energía limpia para ayudar a alcanzar los objetivos climáticos de Europa para 2030 y 2050. La Unión Europea importa en gran medida estas tecnologías y muchos países no pertenecientes a la UE han intensificado sus esfuerzos para ampliar su capacidad de fabricación de energía limpia.
En este contexto, el objetivo de esta ley es facilitar las condiciones para invertir en tecnologías verdes en la UE, simplificando los procedimientos de concesión de permisos y apoyando proyectos estratégicos. También propone facilitar el acceso al mercado para productos tecnológicos estratégicos, mejorar las habilidades de la fuerza laboral europea en estos sectores y crear una plataforma para coordinar la acción de la UE en esta área.
Además, para fomentar la innovación, la ley propone la creación de marcos regulatorios favorables para desarrollar, probar y validar tecnologías innovadoras, conocidas como zonas de pruebas regulatorias o sandboxes.
El progreso hacia los objetivos de la ley se medirá mediante dos puntos de referencia indicativos: alcanzar el 40% de la producción necesaria para cubrir las necesidades de la UE en productos tecnológicos estratégicos y su evolución en comparación con la producción mundial de productos como los paneles solares fotovoltaicos, aerogeneradores, baterías y bombas de calor; además de un objetivo específico para la captura y almacenamiento de CO2.
Permisos, valles industriales, contratación y subastas renovables
Entre los elementos principales del acuerdo alcanzado ahora entre el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo, se establece que los proyectos identificados con mayor potencial de descarbonización se beneficiarán de procedimientos de permisos rápidos para la construcción o expansión y de orientación para acceder a la financiación.
El plazo para entregar un permiso para construir o ampliar grandes proyectos de fabricación de tecnología neta cero (más de 1 GW), así como los no medidos en gigavatios, será de un máximo de 18 meses. Para proyectos de menor tamaño (menos de 1 GW), el plazo para entregar el permiso será de 12 meses. No obstante, se establecerán plazos más cortos para proyectos estratégicos.
Por otro lado, el acuerdo apuesta por los valles industriales y la contratación pública. Entre otras cuestiones, la ley acordada regula el uso de esquemas que incentivan la compra de productos de tecnología neta cero y define las contribuciones a la sostenibilidad y la resiliencia en los procedimientos de contratación pública.
Asimismo, el acuerdo provisional establece que cuando un Estado miembro de la UE diseñe una subasta para el despliegue de tecnologías de energías renovables podrá aplicar criterios tanto de precalificación como de adjudicación que no estén relacionados con el precio, como la sostenibilidad ambiental, la contribución a la innovación o la integración de los sistemas energéticos. Estos criterios deberán aplicarse al menos al 30% del volumen subastado cada año por Estado miembro. En concreto, la Comisión definirá los criterios de contratación y subasta y revisará el volumen subastado según una evaluación del funcionamiento del sistema.