El Gobierno australiano llevará a cabo una subvención de 3 millones de dólares para acelerar el sector de vehículos eléctricos del país, lo que permitirá que los camiones y autobuses puedan cargarse de forma inalámbrica mientras circulan por la autopista. Así, el proyecto dirigido por la Universidad Tecnológica de Swinburne (Melbourne, Australia) tiene como objetivo implementar una tecnología de carga inalámbrica dinámica integrada en las carreteras, desbloqueando la adopción de vehículos pesados eléctricos.
La electrificación de los vehículos pesados podría ahorrarle al país 324.000 millones de dólares para 2050, según los investigadores, al tiempo que contribuiría al sector de la movilidad sostenible. Sin embargo, garantizar que esta clase de vehículos tengan suficiente carga para circular con pesadas cargas o en largas distancias es el principal obstáculo.
Los investigadores esperan que, al integrar sistemas dinámicos de carga inalámbrica en la infraestructura vial nacional, esto sirva como preparación para el escenario de transformación en la industria de vehículos pesados. El objetivo final es perseguir un ecosistema de transporte sostenible que reduzca significativamente la huella ambiental.
Electrificación de carreteras para impulsar la movilidad sostenible
El prototipo desarrollado integra una infraestructura de carga inalámbrica avanzada en carreteras regionales. Su coste ha sido de 8,2 millones de dólares, financiado por el programa de subvenciones para proyectos de centros de investigación cooperativa (CRC-P) del Gobierno australiano, que respalda proyectos de investigación colaborativa a corto plazo. Para la realización de este proyecto colaboran diversas entidades y empresas como ACE Infrastructure, SEA Electric, Fleet Plant Hire, Royal Melbourne Institute of Technology, Siemens, ARRB Group y Net Zero Stack.
El prototipo es el resultado de varios años de estudio realizado por investigadores y estudiantes de doctorado del Grupo de Investigación de Nuevas Tecnologías Energéticas de la Universidad Tecnológica de Swinburne junto a miembros de la Facultad de Ciencias, Tecnologías de la Computación e Ingeniería.
Los investigadores afirman que este proyecto cerrará la brecha entre la investigación y el mundo real gracias a la colaboración entre investigadores y socios industriales para crear soluciones energéticas sostenibles e innovadoras para el futuro del transporte.