Las poblaciones hondureñas de El Santuario (Choluteca) y Torrecilla (Nacaome) carecían hasta hace unos meses de energía moderna. Pero gracias al proyecto ‘Comunidades rurales de carbono cero’, ideado por el Instituto de Ingeniería Energética (IIE) de la Universitat Politècnica de València (UPV), liderado y coordinado por la propia UPV, un total de 1.050 habitantes de 126 viviendas de ambas aldeas se benefician de la energía proporcionada por sendas microrredes inteligentes híbridas de energías renovables instaladas en el marco del proyecto.
Las microrredes inteligentes están integradas por dos plantas fotovoltaicas con 40 kWp de paneles solares (una por aldea); dos gasificadores de biomasa de 25 kW como sistema de soporte (uno por aldea); bancos de baterías con capacidad de almacenamiento de 50 kWh por grupo (4 por aldea); inversores de 50 kW para la conexión de los módulos solares; gestores de red de 8 kW (6 por aldea); medidores de consumo inteligentes, sistemas de adquisición de datos y de gestión de la generación de energía y su demanda; y redes de distribución eléctrica y organizaciones de prosumidores para la gestión de los servicios energéticos.
Este proyecto liderado por la Universitat Politècnica de València está financiado íntegramente por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID), y ha tenido como socias a las empresas españolas Monsolar, Genia Global Energy y Vestel Ingeniería, además de a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Suministro eléctrico a partir de recursos renovables
Gracias a estas microrredes inteligentes, valoradas respectivamente en 275.000 euros (El Santuario) y 350.000 euros (Torrecilla, donde las viviendas están físicamente más separadas), ambas aldeas disponen de suministros anuales de 73.000 kWh y 87.000 kWh de energía en forma de electricidad obtenida de recursos renovables, suficientes para cubrir de forma ininterrumpida las necesidades directas de las personas de la comunidad, así como las indirectas a través de los servicios comunitarios.
Con un consumo previsto por vivienda de 86,15 kWh/mes -el recomendado para una vida digna en zonas rurales- y una capacidad de pago -expresada por la propia comunidad- de 6,5 euros por vivienda/mes, se ha posibilitado la sostenibilidad de los proyectos al cubrir los costes de operación, mantenimiento y amortizaciones, además de importantes reducciones de gases de efecto invernadero con respecto tanto a lo que hubiera supuesto una electrificación con diésel o a una realizada con conexión a la red eléctrica hondureña.
La labor de la UPV ha sido liderar y coordinar el proyecto en un país como Honduras, aportando elementos de innovación como la hibridación de las diferentes fuentes de energía renovables. Tomás Gómez, director del IIE-UPV y coordinador del proyecto, comenta que quieren hacer más proyectos de este tipo, para lo que están buscando más financiación. Con estos proyectos, explica, se demuestra que esta tecnología es más barata y viable para electrificar y dar energía moderna a personas que, de otra manera, tardarían muchísimos años todavía en poder conectarse a una red eléctrica.