Una investigadora de la Universidad de Santiago de Chile ha logrado adaptar un tipo de cristal metal orgánico para que tenga propiedades como supercondensador, y de esta manera generar y almacenar electricidad para los automóviles. El hallazgo se podría ampliar a la industria de los dispositivos de almacenamiento de energía. Este desarrollo forma parte de un trabajo en el que participaron el Instituto Milenio de Investigación en Óptica Miró, la Universidad Austral de Argentina y la Universidad Técnica Federico Santa María de Chile.
Al encender el motor de un vehículo, existen dos tipos de dispositivos de almacenamiento convencionales que trabajan en conjunto: los que almacenan grandes cantidades de energía, como las baterías que la distribuyen de forma lenta en el tiempo, y los llamados supercondensadores, que suministran la energía muy rápidamente, en menos de un segundo.
Esto se puede apreciar en los vehículos que cuentan con sistema start-stop, que al llegar a un semáforo en rojo se detienen totalmente y se apaga el motor, pero todo lo demás sigue funcionando. Cuando el conductor vuelve a acelerar, se retoma de inmediato la marcha de forma normal gracias a estos supercondensadores. Entre otros beneficios, este sistema aumenta la vida útil de la batería, disminuye también su gasto en bencina y reduce las emisiones de Co2.
Aplicaciones en la industria de los dispositivos de almacenamiento
Actualmente, se desarrollan supercondensadores con una capacidad de almacenamiento todavía muy inferior a las baterías de iones de litio. Por ello, el hallazgo sobre la base de cristal metal orgánico para generar energía representa un importante avance en esta materia.
Este descubrimiento no solo podría mejorar las tecnologías en vehículos, sino que también puede ser útil en la industria de los dispositivos de almacenamiento de energía, como las baterías de iones de litio o las pilas de combustible. Los alcances de esta investigación han sido publicados en la revista Nanomaterials, especializada en nanociencia.