La Agencia de la Unión Europea para la Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) y el Consejo de Reguladores Europeos de Energía (CEER) han publicado un documento en el que ofrecen recomendaciones sobre inversiones anticipadas para acelerar la expansión de la red eléctrica en el marco de la transición energética. Solicitado por la Comisión Europea como seguimiento del 9º Foro de Infraestructura Energética, este documento analiza las principales barreras a las inversiones anticipadas y ofrece un conjunto de recomendaciones para promover esquemas de incentivos nacionales para superarlas.
Las inversiones anticipadas refuerzan la red eléctrica en función de las posibles necesidades futuras previstas, que van más allá de las necesidades confirmadas de generación y demanda.
El objetivo de este documento es contribuir a los debates y a la toma de decisiones sobre las inversiones anticipadas previstas en el marco del Plan de Acción de Redes de la Comisión Europea para acelerar el desarrollo de redes eléctricas inteligentes y apoyar el despliegue de energías renovables.
Refuerzo de la red eléctrica
El documento de ACER y CEER revisa el tratamiento nacional de las inversiones anticipadas y propone formas de facilitar la necesaria expansión de la red eléctrica para cumplir los objetivos climáticos y energéticos de la Unión Europea.
Al revisar los marcos regulatorios nacionales actuales para la inversión en infraestructura energética, ACER y CEER, entre otras cuestiones, concluyen que la atención debería centrarse en la implementación, que los operadores de sistemas suelen adoptar un enfoque prospectivo al planificar y anticipar la generación y la demanda futuras, y que se aplica el mismo tratamiento regulatorio a las inversiones anticipadas que a otros tipos de inversiones en redes.
Por otro lado, de acuerdo con las recomendaciones del informe de ACER sobre evaluación de inversiones, evaluación de riesgos e incentivos regulatorios para proyectos de redes energéticas publicado el pasado mes de junio, ACER y CEER recomiendan reforzar el papel de los reguladores energéticos en la evaluación de las necesidades y proyectos de infraestructura energética; alentar a los usuarios de la red eléctrica a indicar sus posibles solicitudes de conexión lo antes posible; y mejorar la coordinación y el intercambio de información entre futuros usuarios de redes, operadores de redes y reguladores de energía, como base para acelerar la validación regulatoria de las inversiones en redes.