Un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) destaca que la transición energética requiere una nueva interpretación del concepto de seguridad energética. El informe ‘Geopolítica de la transición energética: la seguridad energética’ describe un concepto de seguridad energética multidimensional para el siglo XXI, que debe abordar la demanda de energía, la flexibilidad del sistema, el acceso a la tecnología y el desarrollo de infraestructura, entre otras cuestiones.
Este nuevo informe busca dotar a los responsables políticos de una mejor comprensión de la seguridad energética en la era de las energías renovables. El documento forma parte de una serie de publicaciones de Irena que examinan las dimensiones geopolíticas de la transición energética, incluido el hidrógeno y los materiales críticos.
Un nuevo paradigma energético
Las energías renovables comprenderían tres cuartas partes del mix energético mundial para 2050, según las Perspectivas de Transiciones Energéticas Mundiales de Irena. La electricidad se convertiría en el principal portador de energía, cubriendo más del 50% del consumo para 2050. Además, Irena estima que se necesitarán 11 teravatios de capacidad instalada de energía renovable para 2030, lo que requerirá triplicar la energía renovable y duplicar la eficiencia energética, como se afirmó en la COP28.
En este contexto, el informe predice que habrá cambios geopolíticos importantes que influirán profundamente en la dinámica del comercio energético, alterarán las dependencias internacionales y remodelarán el panorama geopolítico. El comercio transfronterizo de electricidad cobrará importancia, fomentando beneficios mutuos, en contraste con las dependencias asimétricas del sector del petróleo y el gas.
El informe identifica múltiples cuestiones que deberían considerarse para guiar la toma de decisiones nacionales sobre la dotación de recursos y las ventajas comparativas, así como las amenazas existentes y emergentes a un nuevo paradigma energético altamente complejo e integrado, a medida que los gobiernos realizan importantes inversiones en infraestructuras cada vez más electrificadas, digitalizadas y descentralizadas.
La seguridad energética en la transición energética
El nuevo informe de Irena indica que la seguridad energética en una era basada en las energías renovables deberá evolucionar en varias áreas clave. El documento afirma que las cadenas de suministro de tecnología resilientes serán vitales para apoyar la transición, tanto para los países desarrollados como para los países en desarrollo. Además, las consideraciones políticas y de seguridad serán la clave para el despliegue exitoso de la infraestructura necesaria para respaldar sistemas energéticos flexibles basados en energías renovables.
Según el informe, la seguridad humana será también importante, en particular para los usuarios finales de la energía. Además, la demanda de energía, concretamente en África y Asia, tiene profundas implicaciones geopolíticas para los mercados energéticos globales, los patrones comerciales y las alianzas estratégicas. Según el informe, gestionarlo mediante políticas e inversiones en eficiencia energética puede ayudar a mitigar la competencia por los recursos y los mercados.
Finalmente, el informe pide que los efectos del cambio climático se incluyan en las consideraciones de seguridad energética e indica que se deben aprovechar las energías renovables para proporcionar soluciones rentables, integradas y confiables para la adaptación al clima.