Tras más de cuatro años de investigación, ha finalizado el proyecto europeo Safelimove con la obtención de avances significativos en el ámbito de las baterías de estado sólido para la fabricación de dispositivos de almacenamiento de energía más eficientes y sostenibles.
Los trabajos desarrollados en el proyecto han hecho posible que los valores de densidad energética gravimétrica (350 Wh/kg) y volumétrica (680 Wh/L) alcanzados sean muy notables, superando en algunos casos el estado del arte de algunas baterías de iones de litio. A pesar de que aún falta demostrar a nivel industrial la viabilidad de las baterías de estado sólido, los resultados de Safelimove sugieren el potencial de esta tecnología para ser empleada tanto en vehículos eléctricos como para dispositivos electrónicos.
De esta manera se da respuesta al principal reto planteado en el proyecto, que pasaba por el desarrollo de una nueva generación de baterías para el vehículo eléctrico que, sobre la base de un electrolito en estado sólido, diera lugar a una batería de litio más segura, fiable y de altas prestaciones.
Los investigadores señalan que un futuro desarrollo y optimización de la tecnología de Safelimove podría dar lugar a ventajas competitivas para el ecosistema europeo de las baterías y notables mejoras en la electromovilidad, como el aumento de la autonomía de conducción en 300 kilómetros adicionales con una sola carga; la reducción del tiempo de carga; el aumento de la seguridad al eliminar el electrolito líquido potencialmente inflamable; y la disminución del coste de la batería en un 50% por el uso de materiales y procesos de alta eficiencia.
Impulso de la electromovilidad
En el marco de la iniciativa se ha llevado a cabo el desarrollo de materiales avanzados, el análisis y optimización de interfaces, y la escalabilidad de la tecnología de estado sólido hacia varios prototipos, lo que impulsará una mayor implantación de la tecnología de baterías de estado sólido en relación con las energías renovables y los vehículos eléctricos, contribuyendo así al impulso de la electromovilidad y la mitigación del cambio climático.
El consorcio ha sido liderado por el centro de investigación vasco en almacenamiento y conversión de energía electroquímica y térmica y tecnologías del hidrógeno CIC energiGUNE, y ha contado con la participación de 14 socios europeos y uno canadiense.