Seguimiento del ODS 7: avance en el despliegue de energías renovables y retroceso en el acceso universal a la electricidad

portada del informe

De aquí a 2030, el mundo continúa estando lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7 para garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna. Destacan algunos avances, como el aumento de la tasa de despliegue de energías renovables en el sector eléctrico, aunque los avances son insuficientes para alcanzar las metas establecidas en los ODS.

Esta publicación anual analiza el progreso global hacia el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, que persigue garantizar una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos.

Así se desprende del nuevo informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), la División de Estadística de las Naciones Unidas (UNSD), el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS). La edición de 2024 de ‘Seguimiento del ODS 7: Informe de progreso energético’ advierte que los esfuerzos actuales no son suficientes para alcanzar el ODS 7 a tiempo.

El ODS 7 incluye alcanzar el acceso universal a la electricidad y a cocinas limpias, duplicar los niveles históricos de mejoras de eficiencia energética y aumentar sustancialmente la proporción de energías renovables en el mix energético mundial.

Este informe resume el progreso global en materia de acceso a la energía, eficiencia energética, energía renovable, cocina limpia y cooperación internacional para avanzar en el ODS 7. Presenta estadísticas actualizadas para cada uno de los indicadores y proporciona información sobre políticas en áreas prioritarias y acciones necesarias para impulsar mayores avances en el ODS 7.

Metas del ODS 7 para 2030

A pesar de algunos avances en todos los indicadores (como el acceso a la energía, la eficiencia energética, la adopción de energías renovables y la cooperación internacional), el informe subraya que el ritmo actual de progreso no alcanza el requerido para alcanzar las metas del ODS 7 para 2030.

Como en años anteriores, las tasas de progreso varían significativamente entre regiones: algunas regiones logran avances sustanciales y otras desaceleran su progreso o incluso se mueven hacia atrás.

El informe analiza diferentes indicadores, como el acceso a la energía, la eficiencia energética, el despliegue de energías renovables y la cooperación internacional.

Como principales factores económicos que impiden la consecución del ODS 7, el informe identifica las perspectivas macroeconómicas inciertas, los altos niveles de inflación, el sobreendeudamiento en un número cada vez mayor de países, la distribución desigual de las finanzas y otros recursos, los cuellos de botella en las cadenas de suministro y el aumento de los precios de los materiales. El documento indica que los efectos de la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania y el aumento constante de los precios de la energía desde el verano de 2021 han supuesto un lastre adicional para el progreso, especialmente en los países más vulnerables y en aquellos que ya estaban rezagados.

Sin embargo, las tendencias prometedoras en el despliegue de soluciones energéticas descentralizadas, basadas en gran medida en energías renovables, están ayudando a acelerar el progreso, particularmente en las zonas rurales donde en la actualidad viven ocho de cada diez personas sin acceso a la electricidad.

Crecimiento de la energía renovable

Según el informe, a algunas partes de la agenda del ODS 7 les ha ido bien recientemente. La energía renovable ha experimentado un crecimiento sólido en los últimos dos años, y las mejoras en la eficiencia energética están mejorando gradualmente después de una caída durante la pandemia, aunque todavía no son suficientes para alcanzar la meta del ODS 7.

Las energías renovables demuestran cada año ser un actor líder en el aumento del acceso a la energía y la electricidad a través de una expansión constante de la capacidad de energía renovable, pero la disparidad en la distribución sigue siendo marcada.

En concreto, el consumo de electricidad renovable creció más del 6% interanual en 2021, lo que eleva la participación de las energías renovables en el consumo mundial de electricidad al 28,2%.

La capacidad instalada de generación de energía renovable per cápita alcanzó un nuevo récord en 2022 con 424 vatios per cápita a nivel mundial. Sin embargo, existen disparidades considerables. Los países desarrollados (con 1.073 vatios per cápita) tienen 3,7 veces más capacidad instalada que los países en desarrollo (con 293 vatios per cápita).

En cuanto a la tasa de mejora de la intensidad energética, experimentó un ligero avance del 0,8% en 2021, frente al 0,6% del año anterior. Pero el informe señala que esta cifra sigue estando muy por debajo del promedio a largo plazo. El lento progreso en 2021 se produjo en medio de la recuperación económica después de la pandemia de COVID-19, que registró el mayor aumento anual en el consumo de energía en 50 años. Según el informe, las mejoras anuales promedio hasta 2030 ahora deben acelerarse a más del 3,8% para alcanzar la meta 7.3 del ODS.

Mayor número de personas sin acceso a la electricidad

Por otro lado, el informe confirma que el número de personas sin acceso a la electricidad ha aumentado por primera vez en más de una década, a medida que la población creció (principalmente en el África subsahariana) a un ritmo mayor que el de las nuevas conexiones eléctricas, dejando a 685 millones de personas sin acceso a la electricidad en 2022, 10 millones más que en 2021.

Para alcanzar el ODS 7, se necesitará mayor inversión en las economías emergentes y en desarrollo para ampliar el acceso a la electricidad.

Además, el mundo sigue lejos de lograr el acceso universal a una cocina limpia para 2030. Según las cifras del informe, hasta 2.100 millones de personas todavía utilizan combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar, principalmente en África subsahariana y Asia.

Respecto a los flujos financieros públicos internacionales en apoyo de la energía limpia en los países en desarrollo, según el documento se recuperaron en 2022, a 15.400 millones de dólares, un aumento del 25% con respecto a 2021. Sin embargo, aún están en alrededor de la mitad del máximo de 2016 de 28.500 millones de dólares.

Para 2030, según las políticas actuales, todavía habrá 660 millones de personas sin acceso a la electricidad y alrededor de 1.800 millones sin acceso a tecnologías y combustibles limpios para cocinar. Los avances en las tasas de eficiencia energética también van a la zaga, alcanzando solo el 2,3%, muy por debajo del nivel necesario para alcanzar la meta del ODS 7.

Impulso político necesario

El informe concluye que el renovado impulso político en el contexto del G7, el G20 y los nuevos compromisos financieros asumidos en la Cumbre sobre Cocina Limpia en África están impulsando las perspectivas de un mayor progreso a finales de esta década. Aun así, los esfuerzos siguen siendo insuficientes para alcanzar el acceso universal a la electricidad o a una cocina limpia para 2030. El tiempo se acaba y políticas e inversiones más específicas son fundamentales para garantizar el suministro de energía sostenible para todos de aquí a 2030.

El informe destaca que debe haber un fuerte sentido de urgencia por parte de la comunidad internacional para acelerar las inversiones en infraestructuras de energías renovables y tecnologías sostenibles, centrándose en las economías menos desarrolladas y en desarrollo.

El informe se presentará en un evento especial de lanzamiento el 15 de julio en el Foro Político de Alto Nivel (HLPF) sobre Desarrollo Sostenible, que supervisa el progreso en los ODS. Los autores instan a la comunidad internacional a reorientar sus esfuerzos para ofrecer el apoyo financiero, tecnológico y político necesario para cerrar el déficit de acceso y garantizar que todos los países y comunidades puedan beneficiarse de un despliegue acelerado de energía renovable y una mayor eficiencia energética.

 
 
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