Los países europeos siguen liderando la clasificación del Índice de Transición Energética

Mapa del informe 'Fostering Effective Energy Transition'.

El avance de la transición energética mundial ha perdido impulso ante la creciente incertidumbre en todo el mundo, según la última edición del informe ‘Fostering Effective Energy Transition 2024’ del Foro Económico Mundial, en colaboración con Accenture. Las economías emergentes como Brasil y China logran avances notables, aunque los países europeos siguen liderando la clasificación del Índice de Transición Energética 2024.

El Índice de Transición Energética (ETI) sitúa a Suecia, Dinamarca, Finlandia, Suiza y Francia como los cinco primeros países en la transición energética mundial, con importantes avances de China y Brasil. Mapa: Foro Económico Mundial.

La 14ª edición anual del informe ‘Fostering Effective Energy Transition’ utiliza el Índice de Transición Energética (ETI) para comparar a 120 países sobre el rendimiento de sus sistemas energéticos actuales, centrándose en el equilibrio de la equidad, la sostenibilidad medioambiental y la seguridad energética, y en su preparación para la transición.

El documento indica que la volatilidad económica, el aumento de las tensiones geopolíticas y los cambios tecnológicos han tenido un gran impacto en la transición energética a nivel mundial, complicando su velocidad y trayectoria. Sin embargo, algunos aspectos positivos son el aumento de las inversiones mundiales en energías renovables y el crecimiento de los resultados de la transición energética en el África subsahariana durante la última década.

Los expertos del Foro Económico Mundial afirman que es necesario actuar sobre tres palancas clave para la transición energética: reformar el sistema energético actual para reducir sus emisiones, implementar soluciones de energía limpia a gran escala y reducir la intensidad energética por unidad de PIB.

Distribución geográfica de la transición energética

Europa sigue liderando la transición energética mundial, con Suecia y Dinamarca encabezando la clasificación. Les siguen Finlandia, Suiza y Francia. Estos países se benefician de un alto compromiso político, fuertes inversiones en I+D, una mayor adopción de energías renovables, acelerada por la situación geopolítica regional, las políticas de eficiencia energética y la fijación del precio del carbono.

Entre las economías del G20, Alemania (11), Brasil (12), Reino Unido (13), China (17) y Estados Unidos (19) se unen a Francia en el top 20, junto con los nuevos participantes Letonia (15) y Chile (20), que se vieron impulsados por el aumento de la capacidad de energía renovable.

China y Brasil han progresado significativamente en los últimos años, impulsados principalmente por los esfuerzos a largo plazo para aumentar la participación de la energía limpia y mejorar la confiabilidad de su red. El compromiso de Brasil con la energía hidroeléctrica y los biocombustibles, los recientes avances en la energía solar, junto con las iniciativas para crear oportunidades, han atraído nuevas inversiones. En 2023, China también amplió su capacidad renovable y continuó invirtiendo en su capacidad de fabricación en tecnologías limpias. China, junto con Estados Unidos e India, está liderando el desarrollo de nuevas soluciones y tecnologías energéticas.

Aunque la brecha entre las economías avanzadas y las economías en desarrollo se ha reducido, la inversión en renovables sigue concentrándose en las economías avanzadas y China. Esto subraya la necesidad de apoyo financiero de las naciones avanzadas para facilitar una transición energética equitativa en las naciones emergentes, según recoge el informe.

Desaceleración de la transición energética y el papel de la IA como motor de impulso

La desaceleración del ritmo de la transición energética mundial, identificada por primera vez en 2022, se ha intensificado en el último año. El informe muestra que la mejora entre 2021-2024 en las puntuaciones globales es casi cuatro veces menor que el repunte producido durante el período 2018-2021. Además, el 83% de los países analizados obtuvieron puntuaciones más bajas que el año pasado en al menos una de las principales dimensiones de la transición energética: sostenibilidad, equidad y seguridad.

El impulso de la transición energética se ha visto frenado por los reveses en la equidad energética, impulsados por el aumento de los precios de la energía en los últimos años, mientras que la seguridad energética sigue siendo puesta a prueba por las tensiones geopolíticas. Sin embargo, ha habido un progreso notable en la eficiencia energética y un marcado aumento en la adopción de fuentes de energía limpias, según recoge el informe.

En cuanto a la innovación como factor facilitador clave para la transición energética, a pesar de su reciente desaceleración y la caída de las inversiones mundiales en empresas emergentes en 2023, hay áreas en las que la innovación se está acelerando, como la IA generativa, que ofrece oportunidades significativas para reinventar la industria energética mediante la mejora de la productividad. Sin embargo, será crucial abordar de manera responsable y equitativa los riesgos y desafíos que plantean estas tecnologías, según afirman los expertos.

 
 
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