Con una dotación de 1.200 millones de euros procedente de los fondos europeos Next Generation, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha publicado la orden de bases del programa de ayudas para la creación de grandes valles o clústeres de hidrógeno renovable.
Los clústeres o valles de hidrógeno renovable reúnen en un mismo emplazamiento múltiples etapas de la cadena de valor del hidrógeno, desde la producción, el almacenamiento y la distribución a diversos usuarios, como el sector del transporte pesado y la industria.
El fin de esta línea de incentivos es fomentar la producción y consumo a gran escala de hidrógeno renovable y electrolítico, y de sus combustibles derivados, para impulsar la plena integración de este vector en el mix energético español, avanzando así en la descarbonización y la competitividad de distintos sectores industriales de la economía española.
Tras ser sometida a audiencia pública, las bases reguladoras de está línea de ayudas han sido publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Se enmarcan en el Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (PERTE ERHA) del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), y está gestionada en régimen de concurrencia competitiva por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
El impulso a la creación de clústeres de hidrógeno renovable, vinculados a la componente 31 del PRTR es determinante para alcanzar los objetivos de la Hoja de Ruta del Hidrógeno Renovable, así como la propuesta de actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 2023-2030), que prevé 11 GW de capacidad de electrólisis de cara a 2030.
Proyectos de grandes valles de hidrógeno renovable
El objetivo de esta nueva línea de ayudas es crear valles de hidrógeno renovable, grandes núcleos o zonas industriales de generación y consumo, lo que permitirá un mayor aprovechamiento de este vector energético, gracias a las ventajas de la economía de escala y el efecto multiplicador que ello pueda tener.
Para ello, los proyectos deben cumplir una serie de requisitos: un compromiso previo de compra del 60% de la producción por parte de consumidores; la garantía de que el hidrógeno producido sea de origen renovable; disposición de electrolizadores de gran capacidad, con más de 100 MW; y la posibilidad de conformar agrupaciones de proyectos con electrolizadores de, al menos, 50 MW. Además, se fija un máximo de ayuda para una única empresa o proyecto de un tercio del presupuesto disponible, es decir, de 400 millones.
Se trata de poner en valor proyectos firmes y de envergadura, no sólo en términos técnicos, sino también ambientales y socioeconómicos, por lo que la adjudicación ponderará la creación de empleo, el desarrollo económico local, la reducción de emisiones, la igualdad de género y la estrategia de suministro con elementos de resiliencia tecnológica e industrial, entre otros factores.