En el marco del proyecto europeo INCIT-EV, se ha presentado en Zaragoza una revolucionaria tecnología de carga eléctrica inalámbrica. Esta innovación permitirá que los vehículos eléctricos se carguen sin cables, incluso en movimiento.
Este avance es el último hito alcanzado dentro del proyecto europeo INCIT-EV, coordinado por el Centro Tecnológico CIRCE y con la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza. Tras cuatro años de trabajo, el proyecto acaba de llegar a su fin, convirtiendo a Zaragoza en un escenario clave para la investigación de sistemas de carga inductiva, tanto estática como dinámica.
El proyecto ha recibido una financiación de 15 millones de euros por parte de la Comisión Europea y ha contado con una inversión directa de casi 3 millones de euros en la ciudad, que han permitido validar la viabilidad de estas tecnologías en entornos urbanos reales.
Innovación en la carga inalámbrica inductiva
Uno de los principales logros del proyecto INCIT-EV es el desarrollo de un sistema de carga inductiva para taxis eléctricos, que permite recargar hasta 50 km de autonomía en tan solo diez minutos. Gracias a la instalación de una bobina emisora refrigerada en el suelo, los vehículos pueden cargarse sin cables y sin riesgo de sobrecalentamiento, lo que aporta una mayor seguridad y eficiencia energética.
Por otro lado, se ha alcanzado un importante avance con la recarga dinámica, permitiendo a los vehículos cargar en ruta mientras se desplazan a velocidades de hasta 130 km/h. Este sistema, basado en la instalación de un cable bajo el asfalto, es especialmente prometedor para viajes de larga distancia.
Y otra de las innovaciones clave del proyecto es el desarrollo de un sistema de carga inductiva bidireccional, instalado en el exterior de Mobility City, en la Expo. Esta tecnología permite que los vehículos eléctricos no sólo recarguen energía de manera inalámbrica, sino que también actúen como unidades móviles de almacenamiento de energía, intercambiando electricidad con edificios y fuentes de energía renovable. Con una capacidad de hasta 25 kW, esta solución contribuye a equilibrar la demanda energética.
En la actualidad, como miembro de CharIN, CIRCE está trabajando en la creación de normativas que regulen la interoperabilidad de los sistemas de carga inductiva en toda Europa, asegurando que estas innovaciones puedan ser replicadas en otras ciudades comprometidas con la neutralidad climática.