La ampliación de las cadenas de suministro sostenibles y del desarrollo y adopción de tecnologías innovadoras es clave para poder cubrir la demanda de materiales para baterías de vehículos eléctricos (VE) requerida para 2030, según el último informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena). El documento recoge una serie de recomendaciones para ayudar a las partes interesadas a garantizar suministros fiables y asequibles de materiales esenciales para las baterías de vehículos eléctricos.
El informe ‘Materiales críticos: baterías para vehículos eléctricos’ revela que, para mantener el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC descrito en un informe anterior de Irena, las ventas anuales mundiales de vehículos eléctricos deben aumentar de 14 millones de ventas en 2023 a aproximadamente 60 millones en 2030. Si bien la innovación en baterías ya está reduciendo la demanda de materias primas y ampliando su disponibilidad a largo plazo, el aumento de la producción y las capacidades de procesamiento debe abordarse para respaldar el crecimiento de vehículos eléctricos, según indica Irena.
El informe muestra que es necesario que la producción de baterías para vehículos eléctricos se quintuplique de aquí a 2030, lo que requiere un aumento proporcional de la oferta de materias primas para evitar desequilibrios entre la oferta y la demanda a través de esfuerzos significativos para aumentar la producción y el abastecimiento de materias primas. Asimismo, el documento recoge una serie de medidas para toda la cadena de suministro de baterías de vehículos eléctricos con el fin de garantizar un suministro adecuado, fiable, sostenible y asequible de materiales esenciales para 2030.
También se destaca la importancia de ampliar la extracción y el procesamiento de materiales manteniendo los más altos estándares ambientales, sociales y de gobernanza. Y destaca la necesidad de una mayor cooperación internacional en áreas clave, como la mejora de la transparencia de los datos, la facilitación de la inversión, la difusión de tecnología y el establecimiento de las bases para el reciclaje de materiales críticos más allá de 2030.
Previsiones para los principales materiales de baterías
Las conclusiones principales del informe se dividen por materiales críticos para las baterías. En primer lugar, en cuanto al litio, se espera que la demanda se mantenga alta en todos los escenarios de tecnologías de baterías. Las tecnologías emergentes como la de iones de sodio, que no dependen del litio, pueden ingresar al mercado a finales de esta década, pero su impacto en la reducción de la demanda de litio probablemente será más significativo después de 2030, según el informe.
En cuanto al cobalto, el informe indica que su toxicidad puede disminuir debido al auge de tecnologías alternativas como las baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) y las baterías de fosfato de hierro, manganeso y litio (LMFP). Sin embargo, es posible que haya escasez si las que contienen cobalto siguen siendo de las más comunes. En el caso del grafito, se espera que la producción de grafito natural no alcance a satisfacer la demanda total para 2030. No obstante, el grafito sintético y las innovaciones en tecnologías de ánodos emergentes puede que cierren la brecha entre la oferta y la demanda.
El informe también destaca que la estabilización de la demanda del níquel se ve favorecida por la creciente adopción de baterías LFP y LMFP, lo que mitiga las preocupaciones anteriores sobre el suministro. Por último, se espera que el impacto de los vehículos eléctricos en la demanda de cobre, fósforo y manganeso sea mínimo en comparación con otras industrias. Sin embargo, la necesidad de materiales de alta pureza presenta desafíos para aumentar la producción.