La compañía Barbara participará en un innovador proyecto con Iberdrola para impulsar la transformación digital de sus subestaciones eléctricas. Será la encargada de desarrollar el firmware de edge computing para la sensorización y automatización de las subestaciones secundarias de Iberdrola.
La Plataforma Edge de Barbara permitirá a terceros integrar sus soluciones de software impulsando el futuro de la red digital de Iberdrola. En concreto, Barbara proporcionará su sistema operativo ciberseguro y su node manager, que permitirá la gestión remota de dispositivos edge, así como un sistema centralizado de gestión de herramientas y orquestación remota de aplicaciones que funcionarán en nodos edge distribuidos en las subestaciones secundarias de Iberdrola.
El proyecto, de 18 meses de duración, se implementará en el Global Smart Grid Innovation Hub en Bilbao y en el laboratorio de la subestación Melancólicos, la sede de TEIDE en Madrid. El objetivo principal es evaluar el impacto en la eficiencia de las subestaciones de Iberdrola y la calidad del servicio. Al virtualizar los activos de las subestaciones y adoptar las soluciones de computación en el edge de Barbara, Iberdrola prevé un aumento medible en la eficiencia operativa y en la calidad.
Desacoplamiento de hardware y software en las subestaciones
La Plataforma Edge de Barbara, compañía experta en soluciones de computación en el edge para la red digital, ampliará los laboratorios de Iberdrola incorporando un living lab de computación edge dinámico que permitirá a terceros integrar soluciones de software edge y casos de uso.
Barbara destaca que el desacoplamiento de hardware y software es un cambio radical para las subestaciones. La virtualización permite a las organizaciones desplegar y actualizar software sin interrumpir ni reemplazar costosos componentes de hardware, lo que supone un ahorro significativo y una mayor flexibilidad operativa.
Además, al virtualizar la infraestructura, las organizaciones obtienen mayor flexibilidad para introducir nuevas funciones, mejorar los protocolos de seguridad o solucionar problemas de software, sin interrumpir el funcionamiento de los equipos físicos. Esta capacidad de evolución y adaptación de la capa de software garantiza que los centros de transformación estén preparados para el futuro y evita costosas revisiones del hardware.