‘Inteligencia Artificial, Datos y Energía en Asturias’ es el título de un nuevo informe que ha publicado la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN). El documento analiza cómo la creciente demanda de energía por parte de los centros de proceso de datos (CPDs) y las aplicaciones de inteligencia artificial (IA) afectarán el balance energético de la región.
El estudio aborda las necesidades energéticas que surgen con la expansión de la inteligencia artificial y los centros de datos, y su impacto potencial en la transición hacia las energías renovables.
El informe ‘Inteligencia Artificial, Datos y Energía en Asturias’ destaca que el consumo global de electricidad asociado a la IA podría alcanzar hasta el 25% del total mundial para 2030. En el caso de Asturias, la implementación de centros de IA o CPDs provocaría un aumento considerable en la demanda energética, impulsando la inversión en energías renovables y la optimización de las redes eléctricas.
Optimización de la red eléctrica
En cuanto al factor de optimización de la red eléctrica, según el informe recibe un múltiple efecto. Por un lado, una mayor demanda de energía a la que habrá que dar respuesta, lo que puede obligar al desarrollo de nuevas infraestructuras e inversiones adicionales; una cuestión que debe ser tenida en cuenta desde el punto de vista de la planificación de redes eléctricas, su tramitación y la aprobación administrativa de programas de inversión.
En segundo lugar, otro efecto es la aplicación de nuevas técnicas en la operación y gestión de redes eléctricas, lo que puede permitir una optimización de funcionamiento y de cálculo de nuevas inversiones; y en tercer lugar la posibilidad de reutilización de infraestructuras construidas para otros fines, como los emplazamientos mineros o los nodos de centrales térmicas de carbón, para ubicar instalaciones ligadas a CPDs o IA.
Además, en el informe se contempla la reconfiguración del mix energético regional y el desarrollo de comunidades energéticas locales. Y se subraya la importancia de planificar adecuadamente estas infraestructuras para garantizar un suministro energético sostenible y alineado con los objetivos de descarbonización.
En resumen, el informe constata que la implantación de centros de procesos de datos en Asturias probablemente llevaría a un aumento en la demanda energética, pero también podría catalizar una transición más rápida hacia fuentes de energía renovables y sistemas de gestión energética más eficientes. Además, esto podría resultar en un mix energético regional más diversificado y sostenible a largo plazo.