Avanzan las pruebas en Ciuden para evaluar el comportamiento de las baterías de segunda vida

En la foto, de izquierda a derecha aparecen: Isidoro González, Jefe de Planta de CIUDEN; Lidia Caramazana, especialista en Proyectos de Innovación de Naturgy; José Manuel Pardo, Jefe de Operación de CIUDEN; y Marta Rodrigo, desarrollo de Proyectos de Almacenamiento de Naturgy.

Han finalizado con éxito las primeras pruebas para la instalación y puesta en marcha de un sistema de almacenamiento energético basado en baterías de segunda vida procedentes de vehículos eléctricos de la marca Mercedes-Benz. En el marco de este proyecto de Naturgy, en colaboración con la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), se han instalado aproximadamente 0,5 MWh de capacidad de almacenamiento energético mediante estos sistemas de baterías de segunda vida.

Esta colaboración público-privada entre Naturgy y Ciuden aborda el reto de encontrar una nueva utilidad para las baterías de vehículos eléctricos al final de su vida útil.

Las baterías empleadas para las pruebas desarrolladas tienen una doble procedencia. O bien habían sido descartadas en la fábrica de la marca automovilística debido a una degradación temporal o retiradas de circulación tras su uso en carretera.

Naturgy Innovahub y Ciuden, adscrita al Instituto para la Transición Justa (ITJ) dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), firmaron en 2023 un acuerdo de colaboración para evaluar el comportamiento de las baterías de segunda vida a lo largo de dos años de pruebas.

El proyecto se está desarrollando en las instalaciones del Centro de Desarrollo de Tecnologías de Ciuden en Cubillos del Sil (León), y sumará la participación de la startup europea Octave, que se encargará de realizar el reacondicionamiento de las baterías, así como de desarrollar e integrar el software de control del sistema de almacenamiento.

Baterías de segunda vida

Este proyecto permite extraer el potencial de las baterías que ya no son adecuadas para su uso en automoción. Una vez que alcanzan el final de su vida útil en los vehículos eléctricos, aún conservan entre el 70% y el 80% de su capacidad. Esta capacidad residual las convierte en candidatas óptimas para aplicaciones estacionarias, como el almacenamiento de energía renovable o para prestar servicios a la red eléctrica.

Con este proyecto, los sistemas de almacenamiento generados, con mayor potencia y duración que las baterías de vehículos de los que parten, permitirán el almacenamiento de energía tanto en proyectos hibridados con plantas renovables como stand alone, por lo que sus aplicaciones pueden ser diversas y servir para proveer servicios de soporte a la red eléctrica.

Este sistema puede estar formado por tantos módulos de baterías como capacidad de almacenamiento se quiera alcanzar, y se trata de una solución que se podría emplear tanto para dar soporte a la red eléctrica como para el ámbito industrial y residencial asociado a instalaciones de autoconsumo.

Durante los próximos dos años, se llevarán a cabo pruebas exhaustivas para analizar cómo se comportan las baterías en distintas situaciones, para obtener información sobre su rendimiento y degradación bajo diferentes escenarios de uso, ayudando a determinar su viabilidad y eficiencia en el largo plazo.

 
 
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