La Alianza Global de Energías Renovables (GRA, por sus siglas en inglés) ha publicado los resultados de una nueva investigación llevada a cabo a través de una encuesta realizada a ciudadanos de 10 grandes economías, entre ellas España. Los ciudadanos de los diez países encuestados destacan que invertir en tecnologías verdes debería ser una prioridad máxima para los gobiernos nacionales.
La encuesta se realizó a ciudadanos de 10 grandes economías, entre ellas Francia, Alemania, India, Italia, Polonia, Corea del Sur, España, Suecia y el Reino Unido, y en todos ellos la inversión en tecnologías ecológicas es la principal prioridad. En Brasil, país anfitrión de la COP30 del año próximo, la inversión en tecnologías limpias es la principal prioridad para el público.
Los resultados de estos países, que representan el 25% de la población mundial, muestran que las inversiones en energía limpia deberían ser una prioridad para sus gobiernos. En concreto, estos gobiernos son responsables de casi el 13% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
La Alianza Global de Energías Renovables destaca que los gobiernos tienen el mandato de cumplir con sus objetivos en materia de energía renovable. Los resultados de la encuesta se conocen en un momento en que los países esbozan nuevos planes de inversiones ecológicas en sus planes climáticos nacionales (conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional o NDC), que se presentarán a Naciones Unidas en febrero de 2025.
Las NDC son una oportunidad para que las naciones reevalúen y alineen sus ambiciones en materia de energías renovables con los objetivos de 1,5 °C y detallen cómo aprovecharán las energías renovables para cumplir con los objetivos económicos y climáticos.
Recomendaciones de la Alianza Global de Renovables
La Alianza Global de Energías Renovables ha esbozado siete recomendaciones para que los gobiernos garanticen que las NDC cierren la brecha entre ambición y acción y aprovechen todo el potencial de la energía renovable.
En primer lugar, recomiendan establecer objetivos claros en materia de energía renovable. Indican que los gobiernos deberían incluir objetivos específicos y mensurables en materia de capacidad de energía renovable en sus contribuciones determinadas a nivel nacional y en planes energéticos integrados que estén en consonancia con el objetivo de triplicar las energías renovables de la COP28.
Las otras recomendaciones se basan en desarrollar marcos de implementación sólidos, fomentar la colaboración a largo plazo entre múltiples partes interesadas, coordinar los mecanismos de inversión, así como mejorar los permisos y el desarrollo de infraestructura.
En este último punto, se recomienda a los gobiernos agilizar el proceso de permisos y priorizar la modernización de las redes eléctricas nacionales para facilitar una integración más rápida de las fuentes de energía renovable y mitigar los cuellos de botella en la infraestructura.
Por último, el resto de recomendaciones consisten en integrar los objetivos de transición energética existentes, y en la cooperación en materia de contribuciones determinadas a nivel nacional.