El informe de 2024 sobre las subvenciones a la energía en la UE publicado recientemente por la Comisión Europea, detalla el volumen de ayudas públicas concedidas por los gobiernos nacionales de la Unión Europea en 2023. Los datos destacan que en toda la UE, se crearon al menos 270 medidas nacionales para abordar la crisis de los precios de la energía. En 2023, la mayor parte de las subvenciones perjudiciales está vinculada a los combustibles fósiles y la eliminación gradual de estas ayudas podría servir para reforzar la seguridad energética de Europa. En este sentido, el informe concluye que se deben aumentar esfuerzos para eliminar este tipo de subvenciones para 2030 y destaca la necesidad de incentivar la adopción de tecnologías limpias.

Los datos del informe confirman que las ayudas a la energía se mantuvieron estables hasta 2021, aumentaron drásticamente en 2022 durante la crisis energética y luego disminuyeron moderadamente en 2023.
Las subvenciones totales a la energía en la UE aumentaron de 213.000 millones de euros en 2021 a 397.000 millones de euros en 2022 y disminuyeron un 10% hasta 354.000 millones de euros en 2023, lo que equivale al 2,10% del PIB, frente al 2,37 % en 2022.
Adopción de tecnologías limpias en la UE
El informe sobre el seguimiento de las subvenciones a la energía y los avances hacia la eliminación progresiva de las subvenciones a los combustibles fósiles, estima que las ayudas vinculadas a las medidas nacionales para proteger a los consumidores de la UE de los altos precios representaron unos 145.000 millones de euros en 2023.
En toda la UE, se crearon al menos 270 medidas nacionales para abordar la crisis de los precios de la energía. Los hogares fueron los principales beneficiarios directos de estas medidas de crisis (recibieron 121.000 millones de euros en 2021-2023), seguidos de la industria y el sector del transporte (30.000 millones de euros y 28.000 millones de euros, respectivamente, durante el mismo período). El apoyo intersectorial a todos los consumidores de energía alcanzó los 125.000 millones de euros en el mismo período.
Las subvenciones a los combustibles fósiles aumentaron de 60.000 millones de euros en 2021 a 136.000 millones de euros en 2022 en respuesta a la crisis y, posteriormente, disminuyeron a 111.000 millones de euros en 2023. Las subvenciones a las energías renovables disminuyeron en 2021 hasta los 83.000 millones de euros y siguieron disminuyendo para situarse en 68.000 millones de euros en 2022 y 61.000 millones de euros en 2023. La disminución se debió principalmente a los elevados precios en el mercado mayorista de la electricidad.
Por otro lado, el apoyo a las medidas de eficiencia energética han aumentado contribuyendo a reducir la factura energética. La inmensa mayoría de las subvenciones a la energía (247.000 millones de euros en 2022 y 213.000 millones de euros en 2023) se seguían destinando a apoyar el consumo de energía. En 2023, las subvenciones concedidas a la electricidad disminuyó a 51.000 millones de euros en comparación con 2022. La energía eólica recibió 7.000 millones de euros de subvenciones en 2023.
La mayor parte de las subvenciones perjudiciales (68%) en 2023 está vinculada a los combustibles fósiles y la eliminación gradual de estas subvenciones liberaría importantes recursos públicos, que podrían utilizarse para reforzar la seguridad energética de Europa, reducir los déficits públicos y aumentar el ritmo de la transición hacia una energía limpia.
El informe concluye que la UE y los países de la UE deben hacer más para eliminar gradualmente todas las subvenciones a los combustibles fósiles para 2030. En respuesta a la proporción alta de subvenciones a los combustibles fósiles, destaca la necesidad de incentivar la adopción de tecnologías limpias en lugar de apoyar el bloqueo de las tecnologías de combustibles fósiles. También destaca la importancia de crear y reforzar el impulso para reducir las ayudas a los combustibles más contaminantes a nivel internacional.