El proyecto ‘Desarrollo de un módulo de batería reutilizable y un sistema de gestión para una segunda vida fiable’ (REBORN) ha lanzado una iniciativa enfocada en transformar el futuro de las aplicaciones de baterías de segunda vida. Para ello, el proyecto combinará tecnología de vanguardia con estrategias de diseño innovadoras, con el fin de maximizar la utilidad de las baterías, mejorar la sostenibilidad y contribuir a la economía circular.

El objetivo principal de REBORN es desarrollar soluciones sofisticadas, seguras y rentables para baterías de segunda vida mediante arquitecturas avanzadas de hardware y software. Una innovación clave consiste en optimizar los procesos de montaje y desmontaje mediante interconexiones mecánicas sin soldadura y comunicaciones inalámbricas por radiofrecuencia.
El análisis de datos desempeñará un papel crucial en los objetivos del proyecto. Mediante la integración de la computación basada en la nube y la implementación de nuevos algoritmos basados en la física y la inteligencia artificial (IA), el consorcio pretende generar indicadores únicos de rendimiento de las celdas alineados con un concepto de ‘pasaporte de batería’. Además, REBORN implementará tecnologías de desmantelamiento robótico semiautomatizado controladas a través de interfaces de realidad virtual.
Demostrador de baterías reconfigurables
Asimismo, la iniciativa desarrollará un demostrador de baterías reconfigurables evaluado en entornos del mundo real, mientras que una evaluación prospectiva del ciclo de vida (LCA) cuantificará los beneficios y los impactos ambientales de la adopción de baterías de segunda vida utilizando las metodologías de REBORN.
El proyecto REBORN, que acaba de comenzar este pasado mes de enero y tiene prevista su finalización en diciembre de 2028, cuenta con un presupuesto de casi 7,5 millones de euros, los cuales están financiados por el programa de investigación Horizon Europe de la Comisión Europea.
Liderado por la Universidad Libre de Bruselas, el consorcio está compuesto por 11 socios europeos procedentes de España, Francia, Alemania, Italia y Turquía. La participación española está representada por el Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC), la Asociación Acondicionamiento Tarrasense y Etra Investigación y Desarrollo.