La Comisión Europea ha publicado un informe titulado ‘Necesidades de inversión en la infraestructura energética europea para posibilitar una economía descarbonizada’. El análisis refleja que es de esperar que las necesidades de inversión planificadas en infraestructura energética europea crezcan significativamente y que, en su gran mayoría, se destinen a infraestructura eléctrica, especialmente a nivel nacional.

El objetivo de este informe es identificar las necesidades de inversión en infraestructura energética en cada categoría de las redes transeuropeas de energía (RTE-E), así como en infraestructura de transporte y distribución de electricidad externa a la RTE-E con el fin de avanzar hacia una economía descarbonizada en Europa. Igualmente, evalúa la necesidad de apoyo financiero de la Unión Europea y explora posibles formas de financiación para abordar las necesidades identificadas en este estudio.
Además de analizar los planes de inversión existentes, se han estimado las inversiones adicionales para los próximos años que se espera que se desarrollen para cubrir las necesidades en este ámbito.
Necesidades planificadas de inversión en infraestructura energética
El informe revela que predomina la distribución de electricidad, que representa casi la mitad de las necesidades totales de inversión planificadas (730.000 millones de euros) durante el periodo 2024-2040, impulsada por la transición hacia las renovables y la electrificación, que requieren una amplia modernización y expansión de las redes.
La mayor parte de las inversiones planificadas se encuentra en Europa noroccidental. Sin embargo, existe una disponibilidad limitada de datos en este sentido en regiones como Europa central y oriental, con 12.000 millones de inversiones planificadas.
Por su parte, la infraestructura de transporte también atrae inversiones considerables, con más de 472.000 millones de euros de necesidades de inversión, en gran parte debido al ámbito de la infraestructura de transporte nacional, que constituye más del 70%.
No obstante, según el informe, se espera que se inviertan alrededor de 130.000 millones en proyectos transfronterizos, interconexiones y conexiones marinas. Las inversiones planificadas en redes de transporte se concentran principalmente en la región de Europa central y occidental.
En cuanto a la infraestructura de hidrógeno, las inversiones planificadas ascienden a 170.000 millones de euros. Por último, la infraestructura de transporte y almacenamiento de CO2 es la categoría que requiere menos inversiones, que van desde los 13.600 a los 19.300 millones de euros.
El estudio de la Comisión Europea también muestra que las inversiones en infraestructura energética no están distribuidas de manera uniforme en toda la UE. De hecho, Alemania, Francia y los Países Bajos juntos representan el 53% de las inversiones totales hasta 2040.
Inversiones estimadas
Las inversiones estimadas en infraestructura energética en el ámbito de este estudio alcanzan su punto máximo a finales de la década de 2020. Esto se debe a la expansión temprana de la infraestructura de hidrógeno.
El 79% de las inversiones se destina a redes eléctricas, incluidas las redes transfronterizas, marinas (radiales e híbridas), nacionales de transporte y distribución. Alrededor del 20% se dirige a infraestructura de hidrógeno y menos del 1% se destina a infraestructura de transporte de CO2.
La comparación de la inversión planificada y estimada muestra que los valores son similares en los primeros años, pero divergen más en los años posteriores. Estas diferencias son especialmente marcadas en algunas categorías de infraestructura, como las conexiones de generación en alta mar y la infraestructura de hidrógeno.
Financiación pública
La financiación pública desempeña un papel esencial en la reducción del riesgo en los grandes proyectos, especialmente en aquellos en etapas tempranas de desarrollo, con tecnologías de alto riesgo o de infraestructura transfronteriza. Los fondos públicos también son fundamentales en áreas con menor atractivo para la inversión privada y rentabilidad incierta, como las interconexiones transfronterizas.
Asimismo, el informe muestra que el apoyo financiero de la Unión Europea será significativamente importante, especialmente en las tecnologías más nuevas y las actividades transfronterizas, donde los desarrollos son más difíciles de predecir. Estos son los casos de la transporte de electricidad con un impacto transfronterizo significativo, la infraestructura eléctrica marina o el hidrógeno.
Para los operadores de sistemas de transporte (TSO) y los operadores de sistemas de distribución (DSO), los rendimientos financieros de las inversiones suelen estar determinados por las regulaciones nacionales. En este sentido, el análisis sugiere que para algunos DSO el aumento de las inversiones puede ir acompañado de un aumento de la demanda, manteniendo estables las tarifas. Por otro lado, para los TSO y algunos DSO es probable que las tarifas de la red aumenten, lo que hace que el apoyo de la UE sea necesario para limitar estos incrementos y garantizar un acceso asequible a la red.