Acelerar la descarbonización y garantizar el futuro de la fabricación de tecnologías limpias en Europa es el objetivo del Pacto Industrial Limpio (Clean Industrial Deal) que acaba de presentar la Comisión Europea. El acuerdo se centra en las industrias de uso intensivo de energía y en el sector de las tecnologías limpias. Además, como elemento clave se ha lanzado el Plan de Acción para una Energía Asequible, que pretende aliviar a los consumidores y empresas europeos con un ahorro previsto de 260.000 millones de euros anuales hasta 2040.

El Pacto Industrial Limpio de la Comisión Europea se lanza en un contexto en el que la industria de la UE necesita apoyo urgente ante los elevados costes de la energía y ante la gran competencia mundial. Este acuerdo sitúa la descarbonización como un potente motor de crecimiento para la industria europea.
Industrias de uso intensivo de energía y tecnologías limpias
El Pacto Industrial Limpio se centra en dos sectores estrechamente vinculados: las industrias de uso intensivo de energía y las tecnologías limpias. Las primeras requieren apoyo urgente para descarbonizarse y electrificarse, ya que se enfrentan a los altos costes de la energía, una competencia global desleal y regulaciones complejas, lo que perjudica su competitividad. Mientras que las tecnologías limpias son fundamentales para la competitividad y el crecimiento futuros y también para la transformación industrial; con la circularidad como un elemento central del pacto, ya que se necesita maximizar los recursos limitados de la UE y reducir la dependencia excesiva de los proveedores de materias primas de terceros países.
La comunicación de la Comisión Europea ‘El Pacto Industrial Limpio: una hoja de ruta conjunta para la competitividad y la descarbonización’ identifica los factores que impulsan el éxito de la industria en la UE: costes de energía más bajos, el impulso a la demanda de productos limpios, la financiación de la transición limpia, la circularidad y el acceso a los materiales, la actuación a escala global y el acceso a una fuerza laboral cualificada.
Plan de Acción para una Energía Asequible
En el marco del Pacto Industrial Limpio, la Comisión Europea ha lanzado el Plan de Acción para una Energía Asequible, que incluye medidas a corto plazo para reducir los costes energéticos, completar la Unión de la Energía, atraer inversiones y estar mejor preparados para posibles crisis energéticas. El plan se basa en la reciente reforma del Diseño del Mercado Eléctrico, el Plan REPowerEU, los planes sectoriales específicos para la energía eólica, solar y las redes eléctricas, y la legislación energética y climática revisada en el marco del paquete ‘Fit for 55’.

Como componente clave del Pacto Industrial Limpio, el Plan de Acción para una Energía Asequible no solo traerá alivio a los hogares que se enfrentan a facturas energéticas elevadas, sino también a las industrias que luchan con los altos costes de fabricación, con un ahorro general estimado de 45.000 millones de euros en 2025, que aumentará progresivamente hasta alcanzar los 130.000 millones de euros de ahorro anual en 2030 y los 260.000 millones de euros en 2040.
El Plan de Acción para una Energía Asequible propone acciones para abordar los desafíos estructurales que están aumentando los costes de la energía en la UE, en particular la dependencia de Europa de los combustibles fósiles importados y la falta de una integración plena del sistema eléctrico. El plan afirma que, si se aceleran las inversiones en energía limpia e infraestructuras y se aporta transparencia y equidad a los mercados del gas, se puede hacer que la energía sea más asequible. Además, una mayor reducción de los plazos de concesión de permisos para las energías renovables y las infraestructuras energéticas también contribuirá a reducir los costes de generación de energía.
Para que la electricidad sea más asequible, la Comisión Europea abordará los tres componentes de las facturas energéticas: los costes de la red y del sistema eléctrico, los impuestos y gravámenes y los costes de suministro. Formulará recomendaciones a los Estados miembros para que reduzcan los impuestos nacionales sobre la electricidad y permitan a los consumidores cambiar de proveedor más fácilmente en busca de ofertas energéticas más baratas.

Basándose en la legislación vigente de la UE sobre electricidad, la Comisión también seguirá apoyando la adopción de contratos de suministro a largo plazo y, para reducir la parte de la factura energética correspondiente a los cargos de red, propondrá una metodología para garantizar que los cargos de red reflejen los costes del sistema energético, incentivando el uso más eficiente de la red eléctrica.
Además de apoyar la integración de energías renovables, la Comisión Europea aportará importantes beneficios a los consumidores al apoyar una adopción más amplia de soluciones de eficiencia energética, lo que puede suponer un ahorro de hasta 162.000 millones de euros al año en 2030. Y, entre otras cuestiones, actualizará el marco de seguridad energética de la UE para hacer frente a amenazas emergentes como los ciberataques, el sabotaje de infraestructuras críticas y los riesgos derivados de la dependencia de las importaciones; y reforzará la preparación ante posibles crisis de precios, entre otras cosas, emitiendo orientaciones para los países de la UE sobre cómo recompensar a los consumidores por reducir el consumo en las horas punta y mantener las facturas energéticas bajo control.
Aceleración de la descarbonización industrial
Por otra parte, se contempla la Ley de Aceleración de la Descarbonización Industrial, que aumentará la demanda de productos limpios fabricados en la UE, al introducir criterios de sostenibilidad, resiliencia y de fabricación europea en las contrataciones públicas y privadas.

Con la revisión del marco de contratación pública en 2026, la Comisión Europea introducirá criterios de sostenibilidad, resiliencia y preferencia europea en las contrataciones públicas para sectores estratégicos.
Además, la Ley de Aceleración de la Descarbonización Industrial pondrá en marcha una etiqueta voluntaria de intensidad de carbono para los productos industriales, empezando por el acero en 2025, y seguido por el cemento. Estas etiquetas informarán a los consumidores y permitirán a los fabricantes obtener una prima por sus esfuerzos de descarbonización.
Más de 100.000 millones para apoyar la fabricación limpia en la UE
A corto plazo, el Pacto Industrial Limpio movilizará más de 100.000 millones de euros para apoyar la fabricación limpia en la UE.
Para ello, la Comisión Europea propone adoptar un nuevo marco de ayudas estatales para un Pacto Industrial Limpio, que permita una aprobación más rápida y simplificada de las medidas de ayuda estatales para la implantación de energías renovables, la descarbonización industrial y la garantía de una capacidad suficiente de fabricación de tecnologías limpias. Asimismo, contempla reforzar el Fondo de Innovación y proponer un Banco de Descarbonización Industrial, con el objetivo de conseguir una financiación de 100.000 millones de euros, y modificar el Reglamento InvestEU para aumentar la capacidad de asumir riesgos de InvestEU. Esto movilizará hasta 50.000 millones de euros en inversiones privadas y públicas adicionales, incluidas las destinadas a tecnologías limpias, movilidad limpia y reducción de residuos.

A su vez, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) pondrá en marcha una serie de nuevos instrumentos financieros para apoyar el Pacto Industrial Limpio: un paquete de fabricación de redes para proporcionar contragarantías y otras ayudas para reducir el riesgo a los fabricantes de componentes de redes eléctricas; un programa piloto conjunto de la Comisión Europea y el BEI de contragarantías para los contratos de compra de energía (PPA) celebrados por pymes e industrias con un uso intensivo de la energía; y un mecanismo de garantía CleanTech en el marco del programa Tech EU impulsado por InvestEU.
La circularidad, elemento clave del Pacto Industrial Limpio
Situar la circularidad en el centro de la estrategia europea de descarbonización ayuda a maximizar los recursos limitados de la UE. En este sentido, la Comisión Europea contempla adoptar una ley de economía circular en 2026 para acelerar la transición circular y garantizar que los materiales escasos se utilicen y reutilicen de manera eficiente, además de reducir la dependencia mundial y crear empleos de alta calidad. El objetivo es que el 24% de los materiales sean circulares para 2030.
Asimismo, se propone un mecanismo que permita a las empresas europeas reunirse y agregar su demanda de materias primas críticas, así como crear un Centro de Materias Primas Críticas de la UE para comprar conjuntamente materias primas en nombre de las empresas interesadas.
Finalmente, actuar a escala global y garantizar el acceso a una fuerza laboral cualificada son los otros factores clave del Pacto Industrial Limpio. Además de los acuerdos comerciales en curso y los nuevos, próximamente la Comisión Europea pondrá en marcha las primeras asociaciones de comercio e inversión limpios, que diversificarán las cadenas de suministro y forjarán acuerdos beneficiosos. Y de cara a la cualificación profesional, establecerá una Unión de Capacidades que invierta en los trabajadores, desarrolle capacidades y cree empleos de calidad. Con hasta 90 millones de euros procedentes de Erasmus+, el acuerdo ayudará a reforzar las capacidades sectoriales para las industrias estratégicas vinculadas al Pacto Industrial Limpio.
Competitividad de las tecnologías de energía limpia
El Pacto Industrial Limpio se basa en el compromiso activo de los líderes de la industria, los interlocutores sociales y la sociedad civil, en el contexto de la Declaración de Amberes para un Pacto Industrial Europeo y los Diálogos para una Transición Limpia de la Comisión Europea.

Además, la Comisión Europea ha publicado el Informe de situación de 2025 sobre la competitividad de las tecnologías de energía limpia, que respalda el Pacto Industrial Limpio y el Plan de Acción para una Energía Asequible, y es la continuación de la Brújula de la Competitividad presentada en enero.
El informe subraya que, a pesar de haber desempeñado históricamente un papel destacado en el desarrollo de tecnologías de cero emisiones netas, cuestiones como los elevados precios de la energía, las dependencias de la cadena de suministro y la escasez de mano de obra están afectando a la competitividad de la UE. Abordar estos retos será fundamental para el sector.