Las soluciones energéticas diversificadas e informadas por el clima son esenciales si el mundo quiere cumplir los objetivos de triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar la eficiencia energética para 2030. Así lo asegura el informe 2023 ‘Year in Review: Climate-driven Global Renewable Energy Potential Resources and Energy Demand’, que hace hincapié en la influencia directa que tiene el clima tanto en la oferta como en la demanda de electricidad. El documento destaca que la integración de los conocimientos sobre el clima en la planificación energética promueve una generación de energía más fiable, ayuda a anticipar los picos estacionales de demanda, y fortalece la adaptabilidad del desarrollo futuro de la infraestructura energética.

El informe analiza el año 2023, un año en el que se produjo una transición de un fenómeno de La Niña a un fenómeno de El Niño, que afectó a variables climáticas esenciales para el sector energético, como la velocidad del viento, la radiación solar, las precipitaciones y la temperatura. También fue el año más cálido registrado, hasta que este récord se volvió a batir en 2024.
El informe ha sido elaborado de manera conjunta por la Organización Meteorológica Mundial (WMO), la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) y el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S), operado por el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo (CEPMPM).
Variabilidad geográfica significativa
Según el informe, los principales indicadores energéticos (energía eólica, solar, hidroeléctrica y demanda energética) mostraron una variabilidad geográfica significativa en 2023 en comparación con el promedio climático de largo plazo (1991-2020). Debido a las condiciones más secas y cálidas de El Niño, América del Sur experimentó un aumento del 3,9% en el factor de capacidad solar fotovoltaica, lo que llevó a una generación adicional estimada de 3,5 TWh/año de la capacidad instalada de 50 GW de la región.
De manera similar, Asia Oriental registró una anomalía positiva del 4,1% en energía eólica, generando aproximadamente 45 TWh de sus 420 GW de capacidad terrestre instalada, con el 95% en China.
El clima, clave para la planificación energética
El informe ilustra las posibles aplicaciones de los pronósticos estacionales como una herramienta valiosa para la planificación y la gestión energética.
Los pronósticos climáticos estacionales permiten a las partes interesadas anticipar las fluctuaciones de la oferta y la demanda, optimizar las operaciones de la red eléctrica y mejorar la resiliencia del sistema energético. Asimismo, el informe destaca que permiten una mejor preparación para los fenómenos meteorológicos extremos, lo que garantiza la seguridad energética y minimiza las interrupciones.
Además, el informe analiza las implicaciones de las políticas para alcanzar los objetivos de 2030. En este sentido, indica que las carteras energéticas diversificadas son esenciales para mitigar el impacto de la variabilidad y el cambio climático en la generación y gestión de energía renovable. La colaboración regional y las soluciones localizadas también desempeñarán un papel clave a la hora de equilibrar la dinámica de la oferta y la demanda, optimizar los flujos energéticos transfronterizos y construir infraestructuras energéticas resilientes. Y la recopilación y el intercambio de datos energéticos exhaustivos son clave para avanzar en la comprensión de los impactos de la variabilidad climática en la oferta y la demanda de energía.
El informe concluye que la adopción de un enfoque colaborativo e informado sobre el clima acelerará el progreso hacia un futuro sostenible y con cero emisiones netas, y a su vez recomienda la creación de nuevas estructuras de mercado para tener en cuenta la flexibilidad de los sistemas energéticos nuevos y limpios.