Comunicación presentada al V Congreso Smart Grids
Autora
- Laura Ramos de Blas, Responsable de Marketing y Comunicación, Klenergy
Resumen
La transición energética habla de transparencia, de sostenibilidad, de democratización, trazabilidad, confianza y sostenibilidad. Ha llegado el momento de dar un paso más allá en la transición energética, vinculando la innovación tecnológica al sector energético aprovechando así las oportunidades que la tecnología nos brinda para un mayor desarrollo e impacto de este acorde a nuestra realidad, a los actuales patrones de consumo y relaciones sociales. Es por ello que ha llegado el momento de hablar el mismo idioma como empresas y organizaciones que persiguen responder a unas necesidades de productos y servicios adaptados al mercado y al planeta. Así es cómo la tecnología blockchain o cadena de bloques, ha llegado al sector energético incorporando los insights clave para hacer de la transición energética una verdadera revolución que va más allá del consumo, vinculando también a la producción y venta de energía en el planeta.
Palabras clave
Blockchain, Trazabilidad Energética, Energía Distribuida, Descentralización, Innovación Tecnológica, Transición Energética Ciudadana
Blockchain y energía: llegó el momento de generar el cambio
La energía es probablemente uno de los recursos de mayor presencia en nuestras vidas y con mayor impacto intersectorial, que a la vez menor participación y apertura intrasectorial ha permitido a lo largo de la historia. El modo en que otros recursos, bienes y servicios se ofrecen y comercializan al público y/o usuarios, ha evolucionado acorde a las tendencias de consumo y usos, provocando cambios en las relaciones de las empresas con los clientes y usuarios, así como definiendo una nueva manera de diseñar productos y servicios acordes no solo a las necesidades y preferencias de los consumidores y usuarios, sino también contemplando el rol clave de las mismas como agente o actor responsable del impacto social y ambiental vinculado a su actividad.
Desde hace unos años, venimos escuchando de manera repetida y cada vez con más fuerza, cómo uno de los elementos clave en la transición energética es la tecnología. Se nos presenta una solución a modo de píldora catalizadora del cambio sin mayor requisito que su implantación.
Una fórmula transformadora por el mero hecho de operar entre factores.
Obviar el elemento humano en dicha fórmula, supone olvidar el elemento vivo, activo, promotor y actor del escenario a futuro al que deseamos llegar.
Si bien en otros sectores, venimos trabajando metodologías de diseño de productos y servicios que nos repiten y recuerdan la importancia de entender que en vez de poner las nuevas tecnologías en el centro de las personas, es clave poner a las personas en el centro de las tecnologías, el sector energético es uno de los mercados que menor desarrollo en este sentido ha experimentado, replicando patrones de desarrollo de servicios y productos históricamente e incorporando las nuevas tecnologías de manera casi testimonial, únicamente abriendo las puertas a facilitaciones en el ámbito comunicativo e informativo.
Partiendo del último estudio sobre las tendencias del consumidor energético publicado en 2017, confirmamos no sólo la evolución del consumidor energético hacia un perfil más preocupado, exigente, ocupado, emocional, digital, dispuesto o curioso, sino una creciente evolución de nuevos comers tales como la energía 100% verde, la transparencia con el cliente, empresas 100% digitales o el desarrollo de nuevos modelos de negocio.
Es por ello, que una correcta incorporación de las tecnologías y desarrollo de negocio en el sector energético, debe pasar por responder a los nuevos retos de consumo, integrar entre los insights de nuestros proyectos los nuevos comers e integrar con ellos los elementos que mejor definen los retos del nuevo modelo energético: la transparencia, la trazabilidad, la sostenibilidad y participación clave en la transición energética ciudadana.
La irrupción del blockchain como innovación tecnológica en el sector energético, por tanto, no debe suponer únicamente una valía en sí por su incorporación al sector, sino que encuentra la verdadera innovación en el lugar que ocupa y transformación que inicia en el sector energético.
En ese sentido, el cruce entre los nuevos comers detectados para el sector energético, así como para las siete disrupciones tecnológicas que impulsarán la transición energética presentados recientemente por el IEEFA, supondría en sí la verdadera innovación, ya que colocarían en el epicentro de la transición energética a las personas, y colocando la innovación tecnológica como palanca de activación del cambio de modelo energético hacia un sistema más justo, transparente, participativo y sostenible.
El reto, es por tanto entender cómo incorporar las nuevas tecnologías a las metodologías para el diseño de servicios y productos que respondan a los insights detectados como oportunidades y necesidades claves para acelerar la transición energética. En este sentido, y escuchando las tendencias del consumidor energético, la transición energética se debe entender desde la digitalización, incorporando recursos locales y al consumidor final en el centro y foco del desarrollo de un escenario que promueva su participación en el mercado energético.
La tecnología blockchain o cadena de bloques, nos permite además, poner en dicho escenario otro de los valores de mayor importancia para el consumidor energético: la transparencia., entendida como la oportunidad de conocer en todo momento y con garantía absoluta, el recorrido y agentes implicados de todas las operaciones realizadas en cualquier intercambio.
Es un reto común a todas las organizaciones y empresas participantes en el sector energético, responder a cuestiones como:
- Diseñar escenarios de participación para los consumidores y usuarios, en los que estos puedan convertirse en agentes activos participantes en el mercado energético, respondiendo así a uno de los retos clave en la transición energética: la independencia de la red y la integración de la tecnología/software que lo facilite.
- Promover la cooperación entre agentes implicados en el sector energético (consumidores, prosumidores, comercializadoras, distribuidoras, inversores, etc.), que fomente el desarrollo de proyectos cooperativos en torno a las energías renovables.
- Facilite a los usuarios el acceso a sus datos a tiempo real, para permitir que éste tenga una mayor libertad y facilidad a la hora de contratar servicios energéticos, así como asegurar la seguridad y privacidad de sus datos.
Gracias a la integración de la tecnología blockchain al sector energético desde una visión organizativa centrada en una transición energética ciudadana, es posible acelerar el cambio de modelo.
Es clave por tanto, no caer en la innovación basada únicamente en la integración blockchain al sector energético, sino en el diseño de nuevos patrones de relaciones que encuentren en dicha tecnología su mejor aliado.
Consumidores y prosumidores son el corazón de la transición energética. Ambos deben ser provistos de soluciones tecnológicas que le permitan elegir, conocer, participar en el mercado energético.
Las redes actuales deben facilitar el acceso de ambos actores al mercado manteniendo en todo momento los estándares de seguridad.
El reto se encuentra por tanto, en desarrollar una infraestructura tecnológica que permita la cooperación en el intercambio de datos que responda a las necesidades de transformación del sector energético, dando a los consumidores control total sobre sus datos energéticos, creando un mercado digital que permita el intercambio de recursos y servicios, para el impulso de una transición energética que integre la transparencia, la participación, seguridad y fomento de nuevos proyectos en torno a las renovables.
Referencias
- Madrid, Everis VV.AA. El consumidor energético 2017.
- Seth Feaster, The Seven Technology Disruptions Driving the Global Energy Transition. October 2018.