Comunicación presentada al VII Congreso Smart Grids
Autor
- José Antonio Gallardo Cubero, Abogado, Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España
Resumen
El sector energético en general y el eléctrico en particular, deben jugar un papel protagonista y principal en el fomento e impulso de la nueva Industria 4.0 y el desarrollo socioeconómico, convirtiéndose en verdaderos motores del cambio hacia un nuevo modelo económico sostenible y resiliente. El nuevo modelo de negocio sostenible que ha de definir al sector energético del futuro ha de caracterizarse, principalmente, por la utilización de la tecnología y la digitalización en todos sus ámbitos y por integrar la sostenibilidad en toda la cadena de valor de la energía, tanto dentro como fuera de las empresas e instituciones.
Y en ello, las Redes Eléctricas Inteligentes han de desempeñar un papel protagonista y principal. En este escenario, el desarrollo y progreso de las Smart Grids ha de situar la sostenibilidad en el centro de su cultura o ADN, integrando la misma en sus posicionamientos estratégicos y contribuyendo a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), para alcanzar con éxito todos los retos y desafíos con los que se enfrenta la nueva era energética, pero siempre bajo los principios de la responsabilidad, la confianza, la proactividad y la innovación, en un proceso de transición respetuoso y protector de los Derechos Humanos, pues de otra forma nunca se podrá configurar o articular un verdadero proceso de transición justa.
Los nuevos retos y desafíos con los que nos encontramos son una oportunidad única para ofrecer la mejor respuesta a las necesidades y exigencias de la sociedad globalizada, cambiante y compleja en la que vivimos, así como para implantar exitosamente nuevos modelos de negocio sostenibles en el ámbito de las Smart Grids y adaptarlos de manera justa y responsable a un mundo en continuo proceso de transformación.
Palabras clave
Economía sostenible, redes eléctricas inteligentes, Smart Grids, Objetivos de Desarrollo Sostenible, Derechos Humanos, relaciones laborales, responsabilidad social corporativa y transición justa.
Desarrollo sostenible, cambio climático y smart grids en el marco de una transición justa
Desde hace unos años pero con mayor necesidad y urgencia después de la pandemia causada por el COVID 19 (Coronavirus SARS Cov-2), las Administraciones Públicas, Gobiernos, entidades públicas y privadas, centros de conocimiento e investigación y universidades, así como todo tipo de expertos han venido analizando diferentes propuestas y estudios con el fin de acelerar la recuperación económica bajo el contexto de un nuevo modelo económico más sostenible, basado en las nuevas tecnologías y la digitalización.
La lucha contra el cambio climático y la transformación del modelo productivo, se han convertido, por tanto, en exigencias sociales que requieren de una respuesta rápida y eficaz.
A medida que el mundo desea progresar hacia un modelo económico más sostenible, el sector energético se encuentra en continua transformación, lo que le hace situarse en una posición de cierta ventaja respecto al resto de jugadores.
No en vano, el sector energético en los últimos años ha sufrido, sin lugar a dudas, una transformación significativa motivada precisamente, entre otros, por los siguientes factores: (i) la nueva era tecnológica y digital en un mundo interconectado y globalizado, (ii) la Industria 4.0, (iii) el cambio climático y (iv) la despoblación en zonas rurales con la consiguiente concentración de la población en las ciudades.
De hecho, la electricidad es la forma de energía que más renovables ha conseguido incorporar. Lo que evidencia, sin mucha dificultad, la posición del liderazgo de dicho sector en el entorno global.
Por su parte, las redes eléctricas siempre han tenido un papel protagonista o principal en el desarrollo y el progreso del sector energético, garantizando el suministro a millones de personas de energía segura, limpia, asequible y sostenible.
Igualmente, cabe señalar que la crisis provocada por el Coronavirus ha reforzado los compromisos de las Instituciones Europeas respecto a que la recuperación económica se lleve a cabo, siempre, en el contexto de una transición “green” o sostenible.
En el caso del sector energético, la transición verde en la era Post-Covid se constituye, claramente, como uno de los axiomas principales sobre los que deba sustentarse la ansiada y pretendida reactivación económica.
Por ello, corresponde al sector energético seguir manteniéndose en la posición de liderazgo en la que se encuentra respecto a otros sectores, dando respuesta a los nuevos retos y desafíos existentes en el mundo en materia económica, social y medioambiental, sobre la base de criterios éticos y responsables, que contribuyan al desarrollo sostenible.
El nuevo modelo de negocio sostenible que ha de definir al sector energético del futuro ha de caracterizarse, principalmente, por la utilización de la tecnología y la digitalización en todos sus ámbitos y por integrar la sostenibilidad en toda la cadena de valor de la energía, tanto dentro como fuera de las empresas e instituciones. Y empoderando al usuario final, haciéndole conocedor de los beneficios de la eficiencia y ahorro energético y del uso responsable y eficiente, tal y como se está promoviendo en la últimas Directivas sobre energía aprobadas por la Unión Europea.
Y en ello, las Redes Eléctricas Inteligentes o del futuro han de desempeñar un papel protagonista y clave al integrar de forma eficiente -mediante una comunicación fluida bidireccional- el comportamiento y acciones de todos los usuarios conectados a ella (mediante redes de distribución eléctrica combinadas con las TICs, microgeneradores, sistemas de optimización de consumos eléctricos, herramientas informáticas y domóticas, etc.), garantizando un sistema energético sostenible, eficiente y fiable, con bajas pérdidas y altos niveles de calidad y seguridad de suministro, contribuyendo al ahorro energético (contadores inteligentes, almacenamiento, etc.).
En este escenario, el desarrollo y progreso de las Smart Grids ha de situar la sostenibilidad en el centro de su cultura o ADN integrando la misma en sus posicionamientos estratégicos y contribuyendo al desarrollo sostenible basado en el intercambio de la creación de valor a todos los niveles (institucional, empresarial, social, educativo, etc.) para alcanzar con éxito todos los retos y desafíos con los que se enfrenta la nueva era energética; pero siempre bajo los principios de la responsabilidad, la confianza, la proactividad y la innovación, en un proceso de transición justa, respetuoso con los Derechos Humanos y Laborales.
En dicho proceso de transición justa, para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se hace no ya importante, sino absolutamente necesaria la involucración no sólo de las Administraciones Públicas, empresas, entidades, centros de conocimiento e investigación, trabajadores, agentes sociales, etc., sino también, de los propios ciudadanos y usuarios.
El proceso es complejo, pero el margen de mejora es muy amplio tanto en el factor económico, como en los relativos a la calidad de vida, a la cohesión social y a la protección del medioambiente y la biodiversidad.
Las redes eléctricas inteligentes y los objetivos de desarrollo sostenible
La Unión Europea ha mandatado a los Estado miembros, a través de su marco normativo, para que actúen de manera sostenible, reduciendo el consumo y los residuos, así como los agentes contaminantes que están gravemente perjudicando al cambio climático.
Además de ello, España, junto a otros 192 países suscribió la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ONU), que es un acuerdo internacional, multilateral, de carácter global cuya finalidad principal es “transformar nuestro mundo” en aras a “avanzar hacia un desarrollo sostenible e inclusivo”.
La Agenda 2030 se constituye, como es sabido, en un importante “Plan de Acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad” que se instrumenta a través de 17 objetivos (conocidos como Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS) y 169 metas, que deberán implementarse mediante una alianza de colaboración. Los ODS fueron aprobados el 25 de septiembre de 2015 por los Estados Miembros de Naciones Unidas como parte de la indicada agenda de desarrollo sostenible: la Agenda 2030.
La Agenda 2030 se fundamenta, de otro lado, en cinco ejes o áreas fundamentales, también conocidas como las 5P: personas, planeta, prosperidad, paz y participación colectiva. La sostenibilidad puede considerarse que es la esencia transversal de estos cinco ejes, que han de orientar e impulsar todas las decisiones en materia de política de desarrollo hasta el año 2030.
Posteriormente, tanto en la Cumbre del Clima de septiembre de 2019 de Nueva York, como en la Conferencia celebrada en Madrid sobre el cambio climático en diciembre de 2019 (COP 25) se ha resaltado -por la ONU- la importancia de suscribir un pacto a nivel mundial vinculante contra el cambio climático, siguiendo el calendario marcado por el Acuerdo de París.
En concreto, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son 17 objetivos —divididos en 169 metas — que llaman a la acción a nivel mundial para poner fin a la pobreza, preservar el planeta y mejorar las vidas y perspectivas de todas las personas para el año 2030.
Los 17 objetivos están claramente interrelacionados entre sí y exponen desafíos o metas globales como erradicar la pobreza (ODS 1), la reducción de las desigualdades (ODS 10), la salud y el bienestar (ODS 4), la lucha contra el cambio climático (ODS 13), la paz y justicia (ODS 16), el trabajo decente y crecimiento económico para todos (ODS 8), la educación de calidad (ODS 4), la igualdad de género (ODS 5) o el desarrollo urbano sostenible (ODS 11).
En su conjunto representan, por tanto, una oportunidad única para dar respuesta y solución a las principales inquietudes, necesidades, expectativas y aspiraciones de la sociedad globalizada y cambiante en la que vivimos. También, han de servir para orientar e implementar nuevas estrategias y modelos empresariales innovadores y adaptados a un mundo realmente complejo en continuo proceso de transformación.
Pues bien, si analizamos los ODS, se puede considerar que el sector energético en general, así como el desarrollo de las Redes Eléctricas Inteligentes en particular, pueden contribuir claramente a la consecución de los siguientes Objetivos, en consonancia con la actividad desarrollada:
- ODS 4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje.
- ODS 5. Alcanzar la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas.
- ODS 6. Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos. Promoviendo, igualmente, un uso racional del agua.
- ODS 7. Garantizar el acceso a la energía fiable, asequible, sostenible, no contaminante y moderna para todos.
- ODS 8. Fomentar y promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el pleno empleo y productivo y el trabajo decente para todos.
- ODS 9. Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.
- ODS 11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
- ODS 12. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
- ODS 13. Adopción de medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
- ODS 15. Protección, restauración y promoción de la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres, bosques; combatiendo contra la desertificación y la degradación de la tierra y frenando la pérdida de diversidad biológica.
- ODS 17. Fortalecer los medios de ejecución y trabajar por establecer alianzas para lograr los Objetivos.
Como podemos apreciar, algunos de los ODS inciden o afectan de manera clara y directa en los modelos de negocio del sector energético.
La importancia de los ODS se basa en la misión y compromiso de conseguir un futuro mejor y sostenible para todos en un horizonte temporal a medio-largo plazo (2030), alcanzando las metas fijadas en cada Objetivo.
Para la consecución de los ODS es imprescindible el paso firme y decidido a la acción de todos los estamentos de la sociedad: los gobiernos, las administraciones, las entidades privadas y públicas, los centros educativos, los agentes sociales, las personas trabajadoras, la sociedad civil y los ciudadanos.
Efectivamente, para ello, se necesitarán desde grandes acciones a nivel internacional que garanticen recursos, planes estratégicos y programas generales en el interés global, hasta acciones o medidas a nivel local que afecten a políticas, normativas, presupuestos e instituciones de cada estado, región o municipio, pasando -por supuesto- por las pequeñas cosas que el usuario final puede hacer en su día a día. Las alianzas entre todos los sectores y estamentos son imprescindibles para lograr los objetivos (lo cual, se configura igualmente como el último ODS, esto es, el 17).
Los derechos humanos en los objetivos de desarrollo sostenible para garantizar una transición justa
En el proceso de transición justa hacia los nuevos modelos económicos sostenibles se hace indispensable el respeto y cumplimiento de los principales marcos regulatorios y normativos de referencia internacionales promovidos por las Naciones Unidas para la gestión sostenible, en el ámbito de los Derechos Humanos:
- La Carta Internacional de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU). (La Declaración Universal de Derechos Humanos; El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales).
- La Convención de Naciones Unidas sobre Derechos del Niño.
- La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
- La Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad.
- Los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) números 29, 87, 98, 100, 105, 111, 117, 138, 161,169 y 182, así como la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo.
- La Declaración sobre los Derechos de los pueblos indígenas.
- Los principios de Pacto Mundial de Naciones Unidas.
- Las Directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para Empresas Multinacionales.
La transición justa hacia el modelo de economía sostenible conlleva necesaria e inexcusablemente el compromiso permanente con el respeto y protección de los derechos humanos. El sector energético y el desarrollo de las Smart Grids, en su papel de actores protagonistas en el proceso de construcción de un nuevo modelo energético global y sostenible han de mantener un firme compromiso no sólo con la consecución de los ODS, sino también con el respeto y protección de los Derechos Humanos, pues de lo contrario nunca se podrá configurar o articular un verdadero proceso de transición justa y responsable.
Este compromiso se refleja en el Pacto Mundial de Naciones Unidas, que incorpora el apoyo, respeto y protección de los derechos humanos y la no complicidad en su vulneración. Los derechos humanos son, desde la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, el estándar internacional que garantiza el reconocimiento de libertades individuales y condiciones de vida dignas a todas las personas del mundo. Dentro los Derechos Humanos que afectan, sin duda, al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se encuentran los siguientes:
- Prohibición del trabajo forzoso. Es decir, el rechazo al uso de cualquier forma de trabajo forzoso u obligatorio -según la definición establecida en el Convenio 29 de la OIT- prohibiendo retener a las personas trabajadoras en contra de su voluntad.
- Prohibición del trabajo infantil. Respetando los derechos de los niños y rechazando el uso de mano de obra infantil.
- Prohibición de cualquier forma de discriminación y respeto a la diversidad. Rechazando toda forma de discriminación (por motivos de género, edad, raza, ideología, condiciones personales y/o sociales, discapacidad, etc) y garantizando el compromiso de velar porque todas las personas trabajadoras sean tratadas con respeto hacia su diversidad, promoviendo así mismo el derecho a la igualdad de trato y oportunidades.
- Prohibición de discriminación por razón de discapacidad. Rechazando cualquier forma de discriminación directa o indirecta por razones de discapacidad y realizando ajustes razonables que faciliten el trabajo a las personas trabajadoras discapacitadas.
- Respeto a la libertad de asociación. Reconociendo el derecho de las personas trabajadoras a constituir o participar en organizaciones y/o asociaciones cuyo objeto sea la defensa y promoción de sus intereses, no interfiriendo en las elecciones que se lleven a cabo a tal fin. Respetando así mismo el derecho a la representación de los trabajadores a través de sindicatos, de conformidad con la normativa vigente.
- Reconocimiento del derecho a la negociación colectiva. Reconociendo el derecho a la negociación colectiva como instrumento normativo voluntario fruto del diálogo social, para el establecimiento de condiciones laborales de las personas trabajadoras.
Derecho a la Seguridad y salud laboral. Velando por que en los lugares de trabajo se respeten las mejores condiciones de seguridad y salud laboral. Promoviendo la difusión y refuerzo de una cultura de la prevención de riesgos laborales y de seguridad y fomentando el comportamiento responsable por parte de las personas trabajadoras, mediante la adopción de acciones efectivas de información y formación, y facilitando los equipos de protección y seguridad adecuados (individuales y colectivos).
Prohibición del acoso, la violencia y la intimidación. Rechazando y persiguiendo toda forma de acoso -ya sea verbal, físico, sexual o psicológico-, amenaza o intimidación en los lugares y centros de trabajo. - Derecho al Trabajo decente y en condiciones de trabajo justas. Estableciendo políticas de remuneraciones que tengan en consideración el principio de retribución justa del trabajo, respetando el principio de igualdad de remuneración entre hombres y mujeres por un trabajo de igual valor. Garantizando que la remuneración mínima que reciban las personas trabajadoras no pueda ser inferior al mínimo recogido en los convenios colectivos y en la normativa laboral vigente en cada país, de conformidad con lo previsto en los Convenios de la OIT. Fomentando, igualmente, la formación y orientación profesional para el desarrollo de los recursos humanos y de sus capacidades. Y respetando los tiempos de trabajo (horarios, jornadas, descansos, vacaciones, etc.) establecidos en los convenios colectivos y la normativa laboral vigente en cada estado.
- Protección del medioambiente. Garantizando que la actividad y negocio se desarrolle mediante sistemas de gestión y procesos que sean respetuosos con el derecho a un medioambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible, para prevenir la contaminación y el impacto ambiental y de los ecosistemas.
El compromiso explícito, expreso y público con el respeto y la protección de los Derechos Humanos en el desarrollo de su actividad, hoy en día se recoge (con mayor o menor contenido) en la gran mayoría de los Códigos Éticos y Políticas de Responsabilidad Social Corporativa de los principales y más importantes Grupos y Corporaciones empresariales del Sector Energético. Lo cual, demuestra también en este ámbito el rol de liderazgo de dicho sector respecto a otros.
Conclusiones
El sector energético en general y el eléctrico en particular, deben jugar un papel protagonista y principal en el fomento e impulso de la nueva Industria 4.0 y el desarrollo socioeconómico, convirtiéndose en verdaderos motores del cambio hacia un nuevo modelo económico sostenible y resiliente. El nuevo modelo de negocio sostenible que ha de definir al sector energético del futuro ha de caracterizarse, principalmente, por la utilización de la tecnología y la digitalización en todos sus ámbitos y por integrar la sostenibilidad en toda la cadena de valor de la energía, tanto dentro como fuera de las empresas e instituciones. Y en ello, las Redes Eléctricas Inteligentes han de desempeñar un papel protagonista y principal.
En este escenario, el desarrollo y progreso de las Smart Grids ha de situar la sostenibilidad en el centro de su cultura o ADN, integrando la misma en sus posicionamientos estratégicos y contribuyendo a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), para alcanzar con éxito todos los retos y desafíos con los que se enfrenta la nueva era energética, pero siempre bajo los principios de la responsabilidad, la confianza, la proactividad y la innovación, en un proceso de transición respetuoso y protector de los Derechos Humanos, pues de otra forma nunca se podrá configurar o articular un verdadero proceso de transición justa y responsable.
Tales nuevos retos y desafíos con los que nos encontramos son una oportunidad única para ofrecer la mejor respuesta a las necesidades y exigencias de la sociedad globalizada, cambiante y compleja en la que vivimos, así como para implantar exitosamente nuevos modelos de negocio sostenibles en el ámbito de las Smart Grids y adaptarlos de manera justa y respetuosa a un mundo en continuo proceso de transformación.
Referencias
- Gallardo Cubero, José Antonio. 2017. “El diálogo social en la era digital e Industria 4.0”. Cursos de Verano de El Escorial (Universidad Complutense de Madrid)
- Gallardo Cubero, José Antonio. 2019. Comunicación “Derecho del trabajo y negociación colectiva en los modelos empresariales de la industria 4.0. y la nueva era tecnológica”. X Congreso de las Academias de Iberoámerica. Editorial BOE.
- Gallardo Cubero, José Antonio. 2019. “Negociación Colectiva para la igualdad: buenas prácticas”. Cursos de Verano de El Escorial (Universidad Complutense de Madrid)
- Gallardo Cubero, José Antonio. 2020. “Economía circular y Green Jobs en el marco laboral de las ciudades inteligentes del siglo XXI”. VI Congreso Ciudades Inteligentes.