Comunicación presentada en el II Congreso Smart Grids:
Autor
- Matías Fonte-Padilla, Biólogo, Experto en Movilidad Sostenible
Resumen
La meta de La Ciudad Comunicada, donde las personas y mercancías se desplazan únicamente con transportes públicos, en la que no existe tráfico privado. Para ello es imprescindible una verdadera Red Eléctrica Inteligente, que se abastezca de energías renovables limpias. Una ciudad respetuosa con el medio, donde los ciudadanos recobran la vida al aire libre. Segura, sin accidentes de tráfico, sin contaminación atmosférica ni acústica, diseñada para el peatón, con espacio para vivirla. Para lograrla es necesario alcanzar el nivel de Smart City, aplicando las nuevas tecnologías en la mejora del transporte público. La solución es la utilización de sistemas de transporte colectivos, eléctricos y/o no contaminantes, integrados en la Smart Grid.
Introducción
El modelo de la “Sociedad del Automóvil”
La “Sociedad del Automóvil” es una realidad. La estructura y gestión de las actividades humanas y del espacio de nuestras ciudades depende de la utilización del vehículo privado. La calidad de vida actual no puede ser concebida sin tener automóvil propio. No sólo es imprescindible para trasladarse al trabajo, sino que es necesario para poder desarrollar la vida diaria, como hacer la compra, disfrutar del ocio, relacionarse con los demás, etc. (Fonte-Padilla. 2010. Pág. 8) Son bien conocidos los problemas diarios que suponen tantos automóviles en las carreteras: accidentes, atascos, falta de espacio en las ciudades, ruidos, contaminación, etc. Sin embargo, son asumidos como un mal menor en aras de proteger un equivocado concepto de lo que significa la movilidad personal.
La problemática ambiental es otro elemento a tener en cuenta. Temas que hasta hace pocos años eran desconocidos, y que afectan a todo el planeta: efecto invernadero, calentamiento global, deshielo de los polos, residuos plásticos, contaminación de los alimentos y el agua, aumento del nivel del mar, huracanes, inundaciones, incendios devastadores, son algunos de ellos. Lo más grave es que el ser humano es responsable directo de este cambio climático, por nuestra frenética carrera industrial alimentando un consumismo desmesurado. La contaminación que se genera supera con creces la capacidad de absorción del planeta.
Con el fin de prolongar el “nivel de vida”, que no la “calidad de vida”, se han mantenido los vehículos privados dentro de las ciudades, planificándolas considerando el vehículo privado como elemento principal. Esto ha hecho que las urbes se convirtieran en lugares incómodos para los peatones y para los transportes públicos, porque los vehículos privados han limitado dos aspectos relevantes: el espacio disponible y la movilidad. En cualquier solución planteada para mejorar la movilidad de los ciudadanos se ha tenido en cuenta la incompatibilidad física con los vehículos privados, pero dando preferencia a estos últimos. Por ello han surgido infraestructuras que han tratado de separar ambos elementos. Ejemplos son las aceras, los pasos de peatones, los autobuses, el metro, el tranvía, el tren de cercanías, los pasos elevados, los túneles peatonales, los carriles bus, los carriles bicis, etc. Si bien cada uno de estos elementos podría ser beneficioso en una ciudad sin vehículos privados, la presencia de estos hace que existan numerosos problemas adicionales, perjudicando con ello al ciudadano y su calidad de vida.
Por otro lado, se ha buscado la mejor planificación para el tráfico rodado, llegándose a altos niveles de automatización que están permitiendo la mayor fluidez posible. En este proceso se ha quitado todavía más espacio y movilidad al ciudadano, con la creación de semáforos, vías rápidas, cruces, rotondas, túneles, aparcamientos, etc. Sin embargo, no existe ninguna solución al tráfico rodado que permita asegurar fluidez permanente, aparcamientos suficientes y seguridad absoluta. Es por ello que se debe orientar la ciudad hacia un nuevo modelo en el que no hay cabida para el vehículo privado, porque “El Tráfico no tiene solución”, por mucho que se busque. Si se logra el objetivo del tráfico colectivo eficaz se tendrá una “Ciudad Comunicada” en vez de una “Ciudad atascada y contaminada”, y se disfrutará de una calidad de vida como nunca se lograría con vehículo propio. (Fonte-Padilla, 2010, pág.10)
Afortunadamente en los últimos años se ha producido un avance significativo en la filosofía de la planificación de las ciudades, creando más espacios para los ciudadanos, y asegurando una movilidad más respetuosa con el medio ambiente. Para ello se ha enfocado la planificación en cuatro direcciones compatibles y complementarias entre sí: hacia la peatonalización de las áreas más céntricas, hacia la potenciación de la red de transportes públicos, hacía la apuesta por la movilidad sostenible (vehículos eléctricos, uso de la bicicleta, etc.), y hacia la creación de Redes Eléctricas Inteligentes.
El modelo económico y social actual, basado en los combustibles fósiles, ha llegado a su límite de crecimiento. En los países industrializados se ha llegado al límite energético, y es por esto que los gobiernos están apostando por las nuevas tecnologías, incluyendo las renovables. No se trata de un giro hacia las energías limpias por un cambio profundo en la consciencia ambiental, sino que se han visto obligados ante las evidencias del agotamiento del modelo de crecimiento y la contaminación que conlleva. La evidencia del cambio climático ha ayudado a este replanteamiento de estrategia energética.
El problema real surge con los países en desarrollo, que están tratando de copiar nuestro modelo de sociedad totalmente contaminante. Resulta inviable desde el punto de vista ambiental que países como China, India, Chile, y otros países sudamericanos y asiáticos traten de alcanzar nuestro nivel de desarrollo basado en un desmesurado consumo de energía a base de la utilización de los combustibles fósiles. De hecho, los datos macroeconómicos apuntan a que estos países no están tratando de crear un nuevo modelo socio-económico más sostenible, sino que intentan alcanzar nuestra obsoleta, estancada y contaminante “calidad de vida”. Basta comparar los datos ofrecidos por el Banco Mundial al respecto para observar como en los países más desarrollados cada vez hay menos vehículos por habitante, fomentándose a su vez los transportes colectivos. Y aunque las cifras se hayan mantenido, hay que tener en cuenta que el parque automovilístico se está envejeciendo puesto que las ventas cayeron drásticamente, mientras que en los países en pleno crecimiento este dato sufre un elevado incremento, y en ellos la llegada de la crisis no supuso un descenso en el número de vehículos. Cada estado está superando la crisis a su propio ritmo, lo que se observa también en la Tabla I.
La familia humana está obligada a realizar una rápida transición hacia un régimen energético y un modelo industrial totalmente nuevos si no quiere arriesgarse a un total desmoronamiento de la civilización (Rifkin. 2011. Pág. 30). Es por ello que surge la necesidad de cambiar el propio modelo de planificación de las ciudades hacia uno más sostenible. Aquí es donde es imprescindible la Smart Grid, rediseñando la generación y uso de la energía, factor clave para el crecimiento.
Desde el “Car Way of Life” hasta el “Walk Way of Life”
El modelo económico que se ha venido disfrutando hasta ahora dependía de la hipótesis del crecimiento continuo, algo que a todas luces resulta utópico, pero en lo que se creyó. Buena parte de la economía mundial dependía del sector automovilístico, es decir, de la venta y mantenimiento de los automóviles. Cuando las ventas cayeron, países altamente industrializados como Estados Unidos y Alemania perdieron uno de sus principales motores económicos, y afectó a toda su economía. Y si bien la producción automovilística mundial ha aumentado, sólo lo ha hecho en países emergentes, como China, con un crecimiento exponencial, en detrimento de los tradicionales productores.
El “Car Way of Life” implicaba que la economía se sustentaba en un único principio: la unidad básica de desplazamiento era el vehículo privado. Esto ha hecho que las ciudades se hayan planificado en función de este principio, relegando a un papel secundario el que debería ser el verdadero protagonista: el ciudadano. Puesto que este sistema se ha desmoronado, tenemos una oportunidad única de cambiar nuestro modelo económico de producción y de convivencia en las ciudades. Se trata de aprovechar el tejido industrial y tecnológico existente, y reorientarlo hacia la creación y mantenimiento de redes de transporte público colectivo, creando además nuevas oportunidades laborales para los ciudadanos que han perdido su nivel y calidad de vida debido a la crisis económica.
Este nuevo sistema para crear riqueza depende por completo de la comunicación y distribución instantánea de datos, ideas, símbolos y simbolismos. Su llegada lo transforma todo. No es, como algunos todavía insisten tardíamente, un síntoma de “desindustrialización”, “vaciado” o “decadencia económica”, sino un salto hacia un nuevo y revolucionario sistema de producción. (Toffler. 1990. Pág. 47 y 48).
El nuevo “Walk Way of Life” presupone que todos los ciudadanos se desplazan a pie, apoyados por sistemas de transporte público, donde el vehículo privado no tiene cabida. Actualmente se aplica en los centros de las grandes ciudades, no por conciencia ambiental, sino debido a la imposibilidad física de que los ciudadanos puedan desplazarse en vehículos privados. Además, la experiencia ha demostrado que crear áreas peatonales revitaliza económicamente la ciudad, en contra de lo esperado inicialmente. Tenemos la oportunidad de renovar nuestras ciudades, aprovechando las infraestructuras existentes y apoyándonos en la creación de una Smart Grid para el uso sostenible de la energía y la masiva introducción de las nuevas tecnologías, desarrollando con ello un nuevo concepto de vida en sociedad, la Ciudad Comunicada.
Principios para una ciudad comunicada
Una vez asumida la incompatibilidad entre el vehículo privado y el transporte público, por seguridad y entorpecimiento mutuo, y decidiéndonos por el transporte público por razones medioambientales y de planificación, surge el problema de cómo desplazarnos con al menos la misma eficacia y eficiencia que hasta ahora. El concepto de Ciudad Comunicada es claro. Se trata de un espacio urbano en que las personas y los materiales se desplazan únicamente con sistemas de transporte público sostenibles, utilizando para ello los más avanzados sistemas de comunicación y de gestión de la energía, es decir una Smart Grid. Una calle comunicada es aquella en la que a menos de 200 metros de cualquier lugar existe un sistema de transporte público colectivo que es:
- Planificado para el ciudadano/a: es el elemento más importante de la Ciudad Comunicada.
- Ubicuo: está presente en todas partes, permite desplazarse de cualquier lugar a cualquier otro.
- En Red: diferentes sistemas de movilidad colectiva perfectamente sincronizados.
- Sin horarios: el ciudadano no depende de un horario fijo para utilizarlo. Es siempre puntual.
- Rápido: puesto que no se ve obstaculizado por el tráfico privado, su velocidad se mantiene.
- Sin accidentes: puesto que no se ve interferido por el tráfico privado, apenas existe siniestralidad. Todos los sistemas de seguridad están duplicados, evitando así el error humano y/o informático.
- Económico en su implantación y funcionamiento a largo plazo: aprovechando las infraestructuras existentes, y adquiriendo e instalando sistemas de movilidad que sean fácilmente mejorables.
- Económico para el ciudadano: es mucho más barato que poseer vehículo privado.
- Sin cobro al usarse: los ciudadanos pagan un impuesto que cubre todos sus desplazamientos.
- Adaptable: continuamente modificado para cumplir con las demandas puntuales de transporte.
- Accesible: adaptado a las diferentes características de los ciudadanos: ancianos, con carritos, etc.
- Integrada en la Smart Grid: siendo la electricidad la única forma de energía utilizada.
- Sostenible: alimentado por electricidad obtenida de fuentes limpias renovables.
- Apenas contaminante en su creación: utilizando materiales de última tecnología, reciclables, con una red precisa de reutilización. Con talleres eficaces y controlados medioambientalmente.
- Apenas contaminante en su uso: sin contaminación acústica, sin contaminación atmosférica.
- Altamente automatizado: recogiendo información de las necesidades, con control automatizado, enviando en tiempo real información sobre su ubicación, estado y capacidad.
- Sin limitar el espacio: puesto que no necesita aparcamiento, existe espacio para los ciudadanos y sus actividades diarias y excepcionales. La vida urbana regresa a las calles.
- Sin delincuencia: puesto que no existe tráfico privado, la delincuencia se reduce enormemente.
- Sin entorpecer otros servicios: recogida de residuos, servicios médicos, policía, bomberos, etc.
- Generador de empleo y riqueza: su creación, mantenimiento, explotación y renovación crea innumerables puestos de trabajo, y sirve para revitalizar las actividades económicas actuales.
- Generador de salud: las personas viven en un entorno mucho menos contaminado, y como parte de sus hábitos pasan más tiempo en la calle y caminan más. El gasto sanitario disminuye.
La Ciudad Comunicada no es sólo para las personas, sino también para las mercancías, con sistemas novedosos de transporte que permiten la óptima movilidad de éstas, ayudando a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y favoreciendo el máximo desarrollo económico posible de la comunidad.
Con la tecnología existente aplicada a la creación de una Smart Grid, se facilita la implantación de este sistema de movilidad. No existe actualmente limitación tecnológica, puesto que ya existen incontables sistemas de comunicación y energéticos que permiten el desarrollo de esta planificación. El único factor limitante es el acceso a la información y a la generación y uso de la energía eléctrica.
Sistemas de transporte sostenibles
Los transportes más conocidos son el autobús, tranvía, metro, taxi, ferry, avión, teleférico, etc. Continuamente se desarrollan nuevos productos y servicios que mejoran la tecnología actual del transporte, por lo que es de esperar un progreso exponencial hacia la eficacia y eficiencia máximas del Transporte Público Sostenible.
Un sistema de transporte público será óptimo para la planificación de la Ciudad Comunicada si cumple una serie de requisitos, como que:
- Utilice únicamente energía eléctrica para su desplazamiento
- Sea lo más autosuficiente posible, disponiendo de un sistema de generación de energía eléctrica, sea fotovoltaica, de inercia, etc.
- Sea colectivo, para transportar a un nº considerable de personas
- No emita sustancias contaminantes
- No sea guiado, pues pierde el factor de adaptabilidad del recorrido
- Altamente informatizado y conectado en red
- Ergonómico y adaptado a personas con dificultades de movilidad
- No tenga sistema de cobro a pasajeros
- De fácil mantenimiento y sustitución de elementos
- Disponga de sistemas de seguridad duplicados y comprobados, tanto si es conducido o auto-guiado.
Como ejemplos de sistemas de transporte públicos aptos para la Ciudad Comunicada, aunque no siempre cumplan con todos los requisitos, debemos nombrar:
- El autobús eléctrico o e-bus
- Tranvía
- Tren
- Plataformas auto-guiadas
- Barcazas y ferries eléctricos
- Trolebús
- Teleférico
- Cintas y escaleras, etc.
Quedan fuera transportes de pocas plazas, como taxis y carretas, estas últimas solo permitidas como uso turístico. Tampoco entran en la ciudad vehículos de transporte compartido.
Dentro de la movilidad individual, en la Ciudad Comunicada puede haber todos aquellos sistemas de transporte individual siempre que no sean a motor de combustión y no superen determinada velocidad para que puedan coexistir con los peatones, como son:
- Bicicletas, eléctricas o no
- Patines de botas
- Patinetes, eléctricos o no
- Monociclos, biciclos y triciclos eléctricos siempre que sean de una plaza (tipo Solowheel, Yikebike, Segway, etc.). Quedan fuera transportes rápidos, como motos eléctricas.
En la actualidad se está promoviendo el cambio de flotas de autobuses de motor de explosión por otras híbridas y/o eléctricas. También esto es aplicable a vehículos de servicio público: policía, camiones de servicio, recogida de residuos, etc. (Pérez et al. E-MOVE. 2014.). Los resultados son muy positivos.
La energía eléctrica. Descentralización y sostenibilidad
Para la transición desde una “Ciudad atascada y contaminada” hacia una Ciudad Comunicada, es necesario tener acceso a las últimas tecnologías, una verdadera Smart Grid, con varias fuentes de energías limpias que aseguren un suministro constante y elevado de energía eléctrica. Este es el factor clave para el éxito de la puesta en marcha del Sistema de Transporte Público Colectivo y Sostenible.
El modelo tradicional de centralización de la generación de la energía eléctrica resulta insuficiente y contraproducente. Insuficiente porque sería necesario un sobre-dimensionamiento excesivo de la red eléctrica actual para cubrir la demanda. Contraproducente porque supondría el aumento de la contaminación, lo que tendría consecuencias catastróficas a nivel local y global, sería como solucionar un problema (la movilidad y la contaminación dentro de las ciudades) creando un problema aun mayor (la sobre-dependencia y la contaminación global). No resulta viable el modelo de uso de las energías alternativas actual, de forma parcial y controlada en su crecimiento y difusión. El mercado energético no es democrático y distribuido, y esto empeora aun más la puesta en marcha de La Ciudad Comunicada. Sin restarle protagonismo a las empresas que actualmente gestionan la generación y distribución de la energía eléctrica, es necesario modificar el modelo energético que se ha creado.
Avanzar hacia una sociedad mucho más democrática, mejor comunicada física y electrónicamente, tecnificada, comprometida con los más débiles, respetuosa con el medio, gestionando su energía de forma sostenible. Es necesario dar el salto hacia una Tercera Revolución Industrial, cuyos 5 pilares son:
- La transición hacia las energías renovables
- La transformación de los edificios en micro-centrales eléctricas, que se autoabastezcan con energías limpias, y que viertan lo que sobre a la red
- Las tecnologías de optimización del almacenamiento de energía eléctrica, como el hidrógeno
- La tecnología de Internet para transformar las redes eléctricas actuales en inter-redes que compartan la energía generada por los millones de puntos de generación, desde edificios, vehículos, energías renovables, etc.
- La sustitución de la flota de transportes actual por vehículos eléctricos con pilas de combustible que compran y vendan electricidad al engancharse a la red (Jeremy Rifkin. 2011. Pág. 60).
Una Smart Grid integrada en la ciudad, sosteniendo todos los servicios. Vehículos eléctricos conectados diariamente, que no solucionan el problema de la ocupación del espacio ni los accidentes, pero que eliminan el ruido y la contaminación de la ciudad. ¿Y cómo va su implantación? Muy mal, salvo en algunos países, como Noruega, donde se han vendido 5000 unidades en el primer trimestre de 2014, de los 10000 matriculadas en toda Europa. Estas cifras no ayudan a su implantación, ni a la creación de las infraestructuras necesarias en las Smart Grids de las ciudades.
Conclusiones: Smart Grids en las Smart City, imprescindibles para la ciudad comunicada
El objetivo es la implantación de una verdadera Smart Grid en la ciudad, conectando de forma inteligente y con energías limpias todos los servicios. Es necesaria la renovación de todos los aparatos y electrodomésticos actuales por otros que se integren de forma inteligente en la red. La informática juega un papel fundamental. Y esto incluye a todos los sistemas de transporte, sean públicos o privados, individuales o colectivos.
La Smart Grid nos llevará hacia una verdadera Smart City. Y si aplicamos los principios de la Ciudad Comunicada obtendremos una alta calidad de vida. La política a corto y largo plazo debe incluir la protección medioambiental, llevando a la ciudad al nivel más alto de tecnificación e informatización, y con fuentes diversificadas de energías renovables y limpias. Pensar en las personas antes de tomar cualquier decisión. Crear Redes Eléctricas Inteligentes optimizando el uso de la electricidad. En definitiva, crear Ciudades Inteligentes para poder crear Ciudades Comunicadas, donde no exista tráfico privado, donde las personas y las mercancías puedan desplazarse con eficacia, eficiencia y seguridad, y donde exista suficiente espacio para que los ciudadanos vuelvan a ser dueños de sus calles, dominio que nunca debieron perder. Anteponer la calidad de vida al nivel de vida, ese es el camino a seguir.
Agradecimientos
A Chelo Zambrana Gostanza, por su plena dedicación y apoyo incondicional. A Francisco José Pérez Suárez, de la empresa de movilidad sostenible E-MOVE, por su apoyo.
Referencias
- Fonte-Padilla, M., 2010, El Tráfico No Tiene Solución. La Ciudad Comunicada, Lulú, Tenerife.
- Pérez Suárez, F.J., 2014, Datos sobre e-bus, E-MOVE, Tenerife
- Rifkin, J., 2011, La Tercera Revolución Industrial, Paidós, Barcelona.
- Toffler, A., 1990, El Cambio del Poder, Plaza y Janés, Barcelona.
- http://datos.bancomundial.org (1 julio 2014)
- http://www.oica.net/category/production-statistics (2 julio 2014)