El Energy Harvesting permite la recolección de energía a partir de fuentes ambientales o residuales para alimentar dispositivos y sensores en la red. Esta tecnología no sólo promete reducir el consumo energético en la distribución y transporte de electricidad, sino que también contribuye significativamente al desarrollo de infraestructuras eléctricas más autónomas y eficientes.
El papel de la recogida de energía se extiende al fomento del ahorro energético y al aumento de la autosuficiencia energética de sistemas y dispositivos vinculados a la red. Al integrar tecnologías como las microrredes, la recolección energética ofrece una solución innovadora para optimizar el uso energético y fortalecer la resiliencia de la red frente a demandas fluctuantes y fuentes de energía intermitentes.
Una de las aplicaciones más prometedoras de esta tecnología dentro de las soluciones de almacenamiento de energía es su capacidad para extender la vida útil de las baterías o incluso eliminar la necesidad de estas en ciertos sensores y dispositivos de campo. Así, se maximiza la eficiencia de la gestión energética y se contribuye a la reducción de costes operativos y de mantenimiento.
A través del autoconsumo energético, el energy harvesting refuerza el concepto de edificios inteligentes y ciudades inteligentes, donde cada elemento de la infraestructura no solo consume energía de forma eficiente, sino que también es capaz de generarla. Esta capacidad de autoabastecimiento transforma la forma en que las redes inteligentes gestionan y distribuyen la energía, orientándolas hacia una mayor sostenibilidad y eficiencia.
Energy Harvesting para la optimización del consumo energético
El Energy Harvesting se presenta como una solución innovadora y sostenible que complementa el desarrollo y optimización de las redes eléctricas inteligentes. Al aprovechar fuentes de energía hasta ahora desaprovechadas, esta tecnología no solo mejora la eficiencia y autosuficiencia de la red, sino que también promueve la sostenibilidad ambiental. Su integración en el contexto de la smart grid abre nuevas vías para la optimización del consumo energético y el avance hacia un futuro energético más verde y resiliente.